Barcelona
Enemigos a la vista
Dos veces le preguntaron a Florentino por la vigencia del pacto de «no agresión» al Barça. «Cuando un futbolista ejecuta la cláusula de rescisión, cumple su contrato», primera respuesta; segunda: «Si estuviésemos en elecciones, les diría: ‘‘Pregúntenle a Valdano''». No son evasivas. Si, como aclaró, piensa invertir en esta primera temporada lo que en tres, yo que Laporta, mástil de la estelada, estaría atento a la pantalla, y no por el himno. La cláusula de Iniesta, 180 millones; la de Messi, 150... ¿Faroleaba Florentino? Quizá sólo deseaba enviar un mensaje de ánimo a su afición, que en estos tiempos de zozobra no sabe cómo recortar terreno al Barça; o sólo pretendía poner nerviosos a los directivos catalanes. Pero sus respuestas y su exposición van más allá del Barcelona. Tampoco Cerezo y el Atlético deberían sentirse a salvo del «ciclón Pérez». Las cláusulas de Forlán, 36 millones, y Agüero, 56, o las joyas del Valencia –Villa y Silva–, no parecen obstáculo para quien piensa invertir 300 millones de euros –como Calderón en tres años– en reforzar la plantilla «con los mejores jugadores del mundo y los mejores españoles de la selección». Florentino va a sanear la tesorería de más de un club, pero se va a crear no pocos enemigos. El dinero, aunque se pida prestado, hace ricos, pero suscita envidias.
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