Valencia

Es tonto el PP

La Razón
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Conozco, quiero y admiro a muchos altos dirigentes del Partido Popular. De los de hogaño y de los de antaño. Muchos de ellos tienen una preparación académica y política envidiable. El voto es secreto pero no me importa reconocerlo. El mío es para ellos, y lo seguirá siendo, más aún en las actuales circunstancias. El PP de Aznar gobernó admirablemente en España durante seis años. Los dos últimos fueron peores, y un terrible atentado terrorista, magistralmente manipulado por el PSOE y sus medios afines, le dio el Gobierno a los socialistas. De la economía recuperada y la caja llena hemos pasado al desastre económico y la caja vacía en apenas cinco años. Y después de mentir a los españoles con la situación económica, de negar la crisis, y de manifestar con pecho de paloma que la tara del paro se había terminado en España, Zapatero ha cosechado la peor cifra de parados de nuestra Historia: 3.128.963 parados.
A pesar de todo ello, las últimas encuestas coinciden en que la intención de voto se mantiene claramente favorable al Partido Socialista. Y me viene inquietante la pregunta: ¿Es tonto el Partido Popular? Sólo la escalofriante cifra de parados haría caer un Gobierno en una nación normal, gobernada por un partido normal y con una oposición normal. Particularmente, lo que más me preocupa es la anormalidad de nuestro principal partido en la Oposición, que no sabe transmitir a la ciudadanía un mensaje de renovación, ilusión y cambio. Decir que un partido político es tonto es tan descabellado como afirmar que la Glorieta de Quevedo es inteligente.
Pero en el Partido Popular se está llegando a un preocupante nivel de inoperancia que invita al desánimo y la decepción en sus votantes. No es concebible que una nefasta gestión gubernativa tenga más apoyo social que una Oposición mínimamente aceptable. No me refiero a una brillante labor en la Oposición, sino a una presencia simple y elemental tanto en el Parlamento como en la calle. Cuenta el Partido Popular con dirigentes de muy alto nivel personal, cultural y profesional. Tiene en las autonomías -Madrid, Valencia, La Rioja, Murcia, Castilla-León, Melilla, Ceuta-, presidentes que arrasan en las urnas, así como una notable mayoría de alcaldes en las principales capitales y ciudades españolas. Por separado son realidades políticas aparentemente insustituibles. Pero juntos se contagian de la grisura de un partido de Oposición que no está haciendo oposición. Si un Gobierno del Partido Popular alcanza los tres millones de parados, la Izquierda, con sus sindicatos al frente, se echaría a la calle. Con un Gobierno socialista, los sindicatos mayoritarios se dulcifican y apesebran, pero todo tiene un límite. «La economía, tontos, la economía».
Por ahí hay que trabajar, y no perder el tiempo en discursos vanos, exigencias aplazables y obviedades insufribles. Un Gobierno puede mentir, pero no en las cifras. Y esa verdad demoledora no la sabe trasladar una Oposición difusa y poco inteligente. Siento, porque mucho lo estimo, escribir que Mariano Rajoy no es la persona adecuada para derrotar a quienes se han derrotado a sí mismos. Y no por haber perdido dos elecciones generales, que es motivo suficiente para abandonar. No lo es porque un Presidente que ha logrado la peor cifra de parados de nuestra Historia, le sigue ganando en intenciones de voto. ¿Es tonto el Partido Popular? Al menos, lo parece.