Europa es la excusa

Lo ha dicho sin complejos Esperanza Aguirre: el resultado del 7-J debe ser una moción de censura a la política de Zapatero. En las europeas, tradicionalmente, suelen airearse más los asuntos internos que los continentales, y en coherencia con ello sus resultados se han interpretado en clave de generales. Europa sigue lejana en lo político por más cercano que esté su Parlamento, ayuno, dicho sea de paso, de iniciativa legislativa. A nadie se le escapa que el desdén ciudadano por estos comicios es directamente proporcional al interés que suscitan los escasos temas «europeístas» que de soslayo abordan algunos candidatos. Las encuestas, salvo la del CIS que sitúa la participación en un imposible 80%, sugieren una altísima abstención, por más que Zapatero y Rajoy se fajen en sus mítines como si estuviera en juego La Moncloa.

La campaña consume sus días en medio de la indiferencia de unos potenciales electores que están más preocupados por encontrar respuestas a una crisis con señas de identidad propias, el doble de paro que en el resto de la UE, que en compartir un espacio legislativo en Estrasburgo y Bruselas, donde, por cierto, los 27 han sido incapaces de consensuar medidas contra la recesión. Europa es la excusa de la confrontación del 7-J, pero lo que se dirime es la credibilidad y confianza de Zapatero, que hasta la fecha ha demostrado más incompetencia que pericia para frenar el paro y reconducir el deterioro económico. O sea, un voto de censura o de confianza.