El «aquelarre» etarra

Exiliados por el nacionalismo

27 variantes de una experiencia tan insólita como tener que exiliarse de su región en pleno régimen democrático, algo que ya les ha ocurrido a doscientos mil vascos.

La Razón
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Madrid- Iñaki Arteta, autor de otros documentales sobre el conflicto vasco como «Voces sin libertad» (2004) y «Trece entre mil» (2005), realizó cerca de doscientas entrevistas para seleccionar los testimonios que hilan el filme: empresarios, periodistas, políticos, pero también sacerdotes y otras familias anónimas que renunciaron a la cárcel del aislamiento. «En el tintero me he dejado muchas historias que no se pueden contar por el miedo a ponerse en peligro a uno mismo y a la familia», apunta el realizador. Iniciativas privadas A su lado, algunos de los protagonistas del filme ratificaban su experiencia: «La anomalía social que refleja la película está normalizada y debe ser denunciada», apuntaba Cristina Cuesta, miembro del colectivo de víctimas del terrorismo Covite, que también denuncia que «las investigaciones que tratan de arrojar luz y verdad donde ha habido tanto olvido surge de la iniciativa privada». Niko Gutiérrez, ex concejal socialista en Miravalle durante cuatro legislaturas, que también dejó su tierra, aclaró que «no ha sido ETA quien me ha echado, sino el nacionalismo. El gran problema del País Vasco es el PNV que justifica a ETA y comparte sus fines», añadió después de lamentar que la cinta «seguramente no se verá en TVE». Tanto el realizador como el ex concejal trataron de aclarar que el problema ha afectado a ciudadanos de convicciones políticas muy distintas: «Los que nos vamos no somos de una ideología concreta, sino gente que valora la libertad. Para distinguir entre izquierda y derecha debería haber una verdadera democracia», concluye Gutiérrez. Arteta, por su parte, desgranó los problemas de financiación que sufren proyectos de este tipo.