Ferrero no se saltó el protocolo

Andy Murray constató que Juan Carlos Ferrero ha llegado muy le- jos en Wimbledon. Tan lejos como no lo hacía un invitado desde que el croata Ivanisevic conquistase el torneo en 2001. Con la Central en contra, con los gritos constantes de «Come on Andy» -«Vamos An- dy»-, con un país entero apoyándole y con el escocés jugando a gran nivel, Ferrero tocó techo. Mu- rray le derrotó en las semifinales de Queen¿s y en Wimbledon lo ha hecho una ronda antes. La derrota no oculta el gran tor- neo de «Juanqui» y su notable mini-temporada en hierba. Llegó a Londres gracias a una «wild-card» de la organización y lo aban- dona cerca del «top 30», una posición más acorde con el nivel actual de su tenis. Ferrero fue durante set y medio el mismo jugador que había ejecutado a sendos «top 10», González y Simon, en las rondas anteriores. El servicio le traicionó en el decimosegundo juego del primer set. Cedió el parcial por 7-5, pero tuvo tenis suficiente pa- ra rehacerse. Arrancó la segunda manga con un «break», 3-1 a su favor, pero luego desapareció e intentó buscar una explicación. «He estado más suelto que ningún día, pero quizá me ha faltado algún partido más de este tipo en la Central», aseguró. La gran obsesión en el All England Tennis Club para el fin de semana es que Murray, que ahora se medirá a Roddick, se convierta en el primer británico que gana el torneo desde que lo hiciera Fred Perry en 1936. El único consuelo para los ingleses en caso de derrota del escocés sería que Federer lograse su sexto Wimbledon y recuperase el número uno del mundo. El suizo desactivó el saque de Karlovic -dos rupturas cuando el croata sólo había permitido cuatro bolas de «break» en todo el torneo- para alcanzar su vigesimoprimera semifinal de «Grand Slam» consecutiva. Ahora le espera Haas. El alemán de 31 años nunca había llegado tan lejos.