Hollywood
Foto del día: El nuevo asalto de Denzel Washington
El ocio es el nuevo opio del pueblo, el sustituto moderno de las antiguas religiones. El pueblo, antes, acudía a la vieja fe, a las naves iluminadas de románico y gótico, para exorcizar sus temores ancestrales y paliar con lo espiritual su pequeño agobio terrenal. Ahora le basta el butacón de la sala de cine y esa promesa indigesta de palomitas industriales. Denzel Washington sabe que a un hombre sin trabajo, a un hombre con la nómina confiscada por la hipoteca y apedreada por las deudas puntuales del recibo de la luz, la compra mínima y otras cosas de la crisis, se le puede arrebatar todo, menos el tabaco, la televisión y el estreno cinematográfico de los viernes, que es el desahogo consumista y dominical de los asalariados taciturnos de nuestra microeconomía laboral. Ahora afirma que «las recaudaciones han subido un 17 por ciento porque la gente necesita evadirse». Denzel Washington fue el actor/relevo de Hollywood. El estrellón negro que venía a reemplazar a Sidney Poitier y a su Oscar, que es casi lo que todavía se recuerda de éste. Eclosionó con filmes impregnados de cierto tono reivindicativo, como «Grita libertad», «Glory» y «Malcolm X». Pero ayer vino a Madrid con «Asalto al tren Pelham 123», que nada tiene que ver con aquéllo. Un «remake» de Tony Scott, que es un director de mucho espectáculo visual, quizá porque es lo que necesitan los parados y las clases medias.
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