Crítica de libros
Garoé el árbol que regalaba agua
Garoé es el nombre de un singular árbol que desde la conquista de El Hierro, a principios del siglo XV, hasta que lo derribó un vendaval, en 1610, constituyó un icono sagrado para los bimbaches, los primitivos habitantes de la isla, por su aporte singular de agua a personas y animales. Hoy, el Garoé es, para algunos, además de un árbol sagrado y santo, el árbol del rocío, el árbol fuente, un Patrimonio Cultural por el legado, por la herencia que dejó, suma de geografía y naturaleza: un fenómeno físico como es la condensación del vapor de agua en las hojas y ramas de un árbol como el Til, que creció a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar, en el barranco de Tigulate, en Los Lomos de Ventejís, sobre Tiñor.Del Garoé se han escrito libros y se han realizado documentales en los que se ha recogido la historia de este árbol singular de El Hierro. En el recuerdo, las aplicaciones pragmáticas de pastores como Bartolo, de agricultores como Tadeo y de guardas forestales como Zósimo. Todos ellos supieron aplicar el fenómeno del Garoé a la hora de captar con otras plantas, sabinas y brezas, el agua atmosférica que empujaban los vientos alisios sobre las cumbres herreñas. Primero en Ventejís, cuando el año de la seca, 1948, y la plantación de un nuevo Til por indicaciones de don Leoncio Oramas, el ingeniero jefe del distrito forestal, y luego en Tajusara, pasando por la Fuente de la Cruz de los Reyes, toda una instalación hidráulica que Zósimo construyó en la Bajada de la Virgen de los Reyes en 1977. Resultó un embrujo que muchos romeros no se lo podían creer. Se abrió así una ventana en El Hierro que permitió dar entrada a unas bocanadas de aire fresco como hacen las nubes que acuden a diario sobre los montes de sus cumbres. A partir de entonces se inicia una nueva etapa en el sector del agua en El Hierro, y el ejemplo de un árbol solitario, pero bien situado, comenzó a cundir en el mundo de la investigación y de las aplicaciones garoetizantes, y apareció el Pozo de los Padrones, y el nuevo proyecto hidroeólico La Gorona. Como bien deja entrever el matrimonio Toffler en «La Revolución de la Riqueza», estoy seguro de que este árbol herreño ayudará a conocer uno de los fundamentos de la conservación de la naturaleza, al evocar su papel a la hora de captar el agua de la atmósfera. Fue uno de los principios físicos que el botánico sueco Eric Sventenius recomendó a las autoridades canarias para que se enseñase a los habitantes de estas islas. Lo comprobó en la condensación del agua en los brezos que crecían en las cumbres de La Gomera, a mitad del siglo XX.Ficha- Árbol singular de la isla de El Hierro (Canarias) - Un vendaval lo derribó en el año 1610- Captaba el agua de la atmósfera
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