Granos lunas bolsos

Aguanta el patio informativo a medio gas en puertas del páramo agosteño. El personal disfruta del neoencoñamiento planetario con la Luna mientras nuestros políticos de vuelo raso se encoñan, excitados, de unos bolsos. ¡Que arda Rita por exhibir la anchoa! Ruge el ventilador, vuelven las fallas. Otra vez Gürtel hasta en la sopa. Se vende mejor un bolso que una financiación autonómica. Salgado, como Gollum, protege su tesoro del escrutinio público. No ha dado números y no los piensa dar. Tampoco ofrece un relato oficial de cómo discurrió la negociación de La Moncloa con la Generalitat de Catalunya. De las sombras emerge Esquerra a dos voces, Puigcercós-Ridao, para llenar el vacío informativo con su versión interesada pero no desmentida. Pintan a Zapatero refiriéndose a Solbes como un grano en el culo. El viejo redescubrió la ortodoxia en mal momento. Solbes era el guardián cicatero y tacaño, un coñazo; Salgado, la obediente obradora del feliz milagro: sacar dinero de donde no lo hay. La madrastra frente al hada madrina. Pobre Pedro. Por más que Gollum tape sus cuentas, dinero sigue sin haberlo. No lo sacó de ningún sitio. Se lo inventó con cargo al déficit y a la deuda. Tantas alforjas aritméticas para acabar entrampándose hasta el cuello. Esquerra saca pecho y el Gobierno le deja hacer. Chaves afima que Puigcercós se cree Superman mientras el presidente, silente, le alisa la capa. El PP se enreda en disputas de familia. Rajoy persigue fantasmas gurtelianos huyendo del clamor que dice «Houston, Houston». Agarra por el rabo noticias de violaciones infantiles y alumbra, casi agotado, una propuesta: hay que cambiar la ley del menor. Ahí pisa tierra fértil. Conecta con un público alarmado. Esta ley la hizo Aznar y la endureció Rodríguez Zapatero. Ahora toca volverla a revisar. Presumen, hoy, de tenerlo claro. Si no acertaron en 2000, cuando la hicieron, ni en 2006, cuando la reformaron, ¿qué les hace pensar que acertarán ahora? El patio informativo aguanta. Brilla la luna.