Griñán marca líneas estratégicas sin aclarar cómo materializarlas

SEVILLA- El que esperara un discurso cargado de compromisos concretos y fechas para su puesta en marcha, se llevó ayer una decepción. Las palabras de José Antonio Griñán estuvieron impregnadas de buenos deseos, de líneas estratégicas basadas en la recuperación económica, la concertación social, la descentralización, el desarrollo sostenible y la apuesta por la innovación y la educación. Las políticas concretas para llevar a cabo esas líneas maestras tendrán que esperar a la acción de Gobierno, porque Griñán pasó de puntillas sobre cómo materializarlas. Sólo dijo que se harán «de forma rápida y coordinada».Durante los primeros minutos de su intervención dejó claro que su proyecto de gobierno «parte del programa electoral» del PSOE y apostó por hablar «de futuro».Comenzó su alocución definiendo todo lo acontecido como un «acto de normalidad democrática». Mostró su «respeto» a Chaves y alabó la «transformación de Andalucía». Pronto se centró en la situación económica, para asegurar que su reto será «salir cuando antes de la crisis y mejorar las condiciones de empleo». Griñán recordó que desde febrero de 2008 la Junta ha puesto en marcha 46 medidas para combatir la crisis que han movilizado 9.500 millones. Pero esbozó una autocrítica y reconoció que «pueden no ser suficientes». Por eso insistió en el pacto político anticrisis con las fuerzas representadas en la Cámara. En este sentido, retomará las conversaciones a través de entrevistas personales con los líderes políticos.Tal y como estaba previsto, Griñán hizo un alegato a favor del diálogo social y aseguró que su deseo es «impulsar y acelerar» el séptimo acuerdo de Concertación Social. También habló del nuevo sistema de financiación autonómica, para insistir en una de sus consignas más repetidas hasta ahora: «No será posible si no garantiza la igualdad de todos los españoles vivan donde vivan». La culminación de las negociaciones para el nuevo marco de ingresos de las comunidades autónomas es una de las claves que permitiría desbloquear algunos de los proyectos que esbozó ayer. Proporcionaría recursos económicos complementarios; posibilitaría un nuevo marco fiscal autonómico que permitiría «abordar conjuntamente la tributación sobre los ingresos, bien sea renta, sucesiones o donaciones»; y aclararía por fin la participación de los ayuntamientos en los ingresos tributarios de la región. En su discurso, trazó siete líneas rectoras de carácter transversal que serán la base de su acción de Gobierno. La seguridad jurídica; una administración ágil y descentralizada; la libre competencia y una mayor liberalización del sector de los servicios; la innovación; la sostenibilidad en el aprovechamiento de los recursos naturales; la igualdad de oportunidades; y el ya mencionado diálogo social. Otro de los ejes de su discurso pasó por el impulso a la educación. Sin embargo, aquí no ofreció pacto alguno, sino que se remitió a la Ley de Educación vigente, un texto rechazado en su día por el PP. Sí aclaró que mantendrá la conexión entre «investigación, ciencia y empresa» por lo que descartó que las competencias sobre Universidades regresen a la Consejería de Educación. El próximo presidente de la Junta no ofreció fechas concretas ni aproximadas sobre la puesta en marcha de las infraestructuras pendientes. Habló de los metros de Sevilla, Málaga o Granada o de la red de autovías del Olivar, la Iznalloz-Guadix o la Autovía del Almanzora. Su compromiso se limitó a frases genéricas como «seguir impulsando» o «hacer los máximos esfuerzos».Los únicos aplausos que su discurso arrancó de los diputados socialistas en hora y cuarto de discurso, los recibió cuando habló de la investigación científica y la innovación sanitaria. En concreto, cuando mencionó al niño sevillano Andrés, al que el nacimiento de su hermano Javier, conocido como el «bebé medicamento», le ha salvado la vida. «Ésta es la Andalucía en que mirarse», comentó.Otro objetivo al que se comprometió fue al desarrollo de la Ley de Dependencia e impulsar un acuerdo con el Gobierno central para que ninguna unidad familiar se quede sin ningún tipo de ingresos. Sus llamadas al diálogo fueron frecuentes y así terminó su intervención. «Con todos quiero colaborar», dijo. Los próximos años darán la verdadera medida de su discurso.