Griñán sólo tocado

Se puso de pie, se abrochó el primer botón de la chaqueta y ajustó a altura el micrófono, como siempre, pero Javier Arenas, en su primer cara a cara parlamentario con Griñán tras la investidura no fue el que sacaba a Chaves de sus casillas, a base de parpadear la ceja y encabritar la garganta. Para un nuevo presidente hay un líder del PP distinto. De oratoria igual de fácil, lanzando datos como si fueran flechas que toma de un carcaj sin fondo, pero atento a no pisar la línea roja que levante la alerta de la crispación. Es más cáustico este líder del PP ante Griñán: «Lo único relevante que ha hecho ha sido fichar a Rosa Aguilar»; igual de brillante en la comunicación: «La democracia no es un Gobierno telefónico», le reprochó al presidente cuando esgrimió haber hablado por teléfono con el Gobierno sobre las nuevas medias de Zapatero; aunque no saca una cualidad que Chaves le reconoció en más de una ocasión: «Ya sé que tiene usted mucho desparpajo», le decía el anterior inquilino de la Casa Rosa. Con un millón de parados, las previsiones económicas de Cajasol apuntando a un 30 por ciento de desempleo para este año -los dos partidos de la oposición mencionaron la bicha- y con pancartas fuera y dentro del Parlamento, era para que Griñán hubiera salido escaldado. Y salió tocado, cobijado bajo los argumentos que ya nadie cree de la crisis financiera global y el aumento más acelerado del paro en otras comunidades... pero sólo tocado.