Portugal
Guinea-Bissau: calma tras el magnicidio
BISSAU- El doble asesinato que ha vivido Guinea-Bissau ha dejado a la población guineana conmocionada. Ahora son el Gobierno y el Parlamento los que tratan de encauzar la crisis creada por las ejecuciones del presidente, Joao Bernardo Vieira, y el jefe del Ejército, el general Tagme Na Wai, con el apoyo de la comunidad internacional preocupada por la estabilidad del país. La Asamblea Nacional estuvo reunida ayer para organizar la transición conforme a las disposiciones de la Carta Magna del país, después de que el Gobierno recibiera el lunes garantías de los altos mandos militares de que respetarían las instituciones y la Constitución. El lunes, el Consejo de Ministros anunció la creación de una comisión de investigación para aclarar las circunstancias de los asesinatos de Vieira y Na Wai, después de que el primer ministro, Carlos Gomes Junior, recibiera al alto mando militar que le aseguró que los sucesos no suponían un golpe de Estado.Elecciones en sesenta díasLa Asamblea Nacional debía designó ayer a su presidente, Raimundo Pereira, como jefe del Estado interino, con la misión de convocar en un plazo de sesenta días las elecciones presidenciales. Sin embargo, algunos comentaristas políticos guineanos dijeron a las emisoras que podrían surgir discrepancias entre los distintos grupos que forman el legislativo respecto a la fórmula de la transición.La ex colonia portuguesa es uno de los países más pobres del mundo pero su principal problema es el tráfico de drogas. Guinea-Bissau se ha convertido en el «narco estado» africano. Ban Ki Moon advirtió de que el país estaba pasando de ser el centro de tránsito de la droga a ser «el mayor mercado del narcotráfico». El informe de EE UU sobre drogas da las claves: «Su localización entre Suramérica y Europa, sus porosas fronteras, su conexión lingüística (con Brasil y Portugal) y ser un país susceptible de corrupción».
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