Había una vez

Un circo que alegraba siempre el corazón. ¿Se acuerdan de los payasos de la tele? Pues el viernes pasado «Fofó Aguirre» se llevó a sus chicos al circo en vista de que en el estadio no hacen nada. El Circo Mundial rendía homenaje a los jugadores «colchoneros», pero seguramente no habrá sido porque se porten como «fieras» sobre el césped. Contra el Barcelona en la eliminatoria de Copa parecieron resurgir por unos minutos, pero pasaron de tigres a gatitos enseguida. La falta de fe en sí mismos vuelve a ser el gran problema de este equipo que desde inicio de año no da pie con bola, y nunca mejor dicho. La defensa es más fácil de burlar que la famosa línea Maginot que los alemanes se «merendaron» en los primeros compases de la Segunda Guerra Mundial. No hay manera de que consigan tener la pelota controlada más de quince segundos, y arriba Agüero se desinfla sin que sepamos muy bien cuál es la razón, aunque me temo lo peor después de leer las declaraciones de Maradona. Lo mismo después de ver a los leones blancos (color que les da tanto miedo) y a los osos, quién sabe, lo mismo reaccionan. No vaya a ser que terminemos otra temporada con una mano delante y otra detrás.
Los quince partidos sin perder del final del pasado 2008 ya son historia. Ahora toca, como cantan los del «Frente», «echarle un par huevos».