Florentino Pérez
Humo de cañas
El Barcelona ha ganado las dos grandes batallas de la temporada y ahora entramos en guerra de guerrillas. Para salir del desencanto es fórmula adecuada tocar los costados. Hay que aliviar la aún larga primavera. Según se mire, Ribery irá al Barcelona o al Real Madrid. Su fichaje no supone ayuda a ningún tipo de desestabilización nacional, lo que ocurre en otros casos por malsanos deseos. Ya es- tamos manejando a Messi como si fuera Luis Figo. Se lanza al mercado la idea por- que, con el antecedente del centrocampista portugués, no parece descabellado que a Florentino Pérez se le ocu- rra la operación de dejar al Barcelona sin su gran estrella. A Forlán lo colocan ya en el campeón de Liga. Se supone que es presa fácil. De ello se alegraría el Villarreal, que acabaría cobrando el traspaso del jugador. Hay quienes apuntan que «Kun» Agüero, gran futbolista y excelente practicante de sal- tos de trampolín, puede cambiar hasta de acera, y en el menor de los males, en un equipo italiano. No han cesado los rumores sobre Villa y Silva. Hay quien los ve en el Real Madrid y quien los reparte con el Barcelona. Al Villarreal le quitan al portero Diego López y también a Rossi. Por el guardameta se apuntan clu- bes ingleses y por el italiano, la Juventus. En Sevilla, el juego está en el entrenador, a quien lo ven destituido, aunque el equipo tenga puesto directo en Liga de Campeones. Cuando la Liga todavía tiene mu- cho que disputar, en los medios informativos se crean nervios, morbos y se vende bastante humo de cañas, que sólo espanta mosquitos.
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