Vitoria
Ibarretxe se despide con una pataleta y anuncia su retirada de la política
«sepan que en esta casa empecé a hacer política y aquí termino». Con esta frase, el lendakari saliente, Juan José Ibarretxe, se despedía de la Cámara de Vitoria. «Estoy orgulloso. Algunas cosas las hemos hecho bien y otras mal, pero ha sido un honor trabajar aquí», dijo, antes de abandonar el Parlamento, no sin antes anunciar que iba a empezar una «nueva etapa» que, según subrayó, «no va a ser tan difícil». Incluso se puso bucólico: «No se me ha olvidado nunca que a los lendakaris nos da el mismo sol y nos cae la misma lluvia que al resto de hombres y mujeres del país». Además, pidió a su partido que «lidere este país» desde las diputaciones forales, que gobierna las tres, los ayuntamientos y «desde este Parlamento». Un «agur» (adiós) puso punto final a sus palabras. Puestos en pie, los parlamentarios del PNV le despedían con un fuerte aplauso.
Unos minutos antes, durante su discurso, nada hacía presagiar que iba a tirar definitivamente la toalla. Al contrario que la de López, su intervención sí estuvo marcada por la crítica, por su no reconocimiento de la derrota y por la no aceptación de la investidura del socialista. Arrancó con un ataque al PP y al PSOE, de los que dijo llevan desde 2001 con «una estrategia» para sacar de Ajuria Enea a los nacionalistas. Volvió a repetir, por enésima vez, que el PNV «ha ganado las elecciones», por lo que presentó su candidatura «por respeto a la mayoría democrática de ciudadanos» que el 1 de marzo les mostraron su apoyo en las urnas. De esta forma, recordó que la mayoría política y sociológica vasca es «abertzale» y no «españolista».
De «cruzada para destruir» la identidad vasca calificó el acuerdo alcanzado entre populares y socialistas, entre otras, por la falta de opiniones en la Cámara vasca, «la falsa mayoría de PP y PSOE y la utilización partidista del poder judicial», haciendo referencia así a su presencia en los tribunales acusado de «usar el diálogo para trabajar por la paz», dijo.
Según pasaba el tiempo y avanzaba su intervención, Ibarretxe continuaba con su ristra de críticas al nuevo Gobiero vasco. Lo calificó de «frentista, débil e inestable», señalando que «es fácil sumar votos para destruir». Se trata, dijo, de «un acuerdo político con gran apoyo mediático».
«El camino de la paz»
Tras todas estas críticas, comenzó a desgranar su proyecto. Previamente, quiso recordar «el largo trecho recorrido en el camino de la paz», asegurando que han ido marcando los pilares básicos para conseguir el fin de la violencia. Así, señaló que rechazan el terrorismo y defienden el derecho a la vida, y que hay que «separar la violencia del problema de la normalización política». Todo, sin querer recordar que fueron los proetarras los que le auparon hace cuatro años al poder. También destacó «el reconocimiento a las víctimas del terrorismo» y el respeto a los derechos humanos, y avaló el «diálogo político e institucional como instrumento para la resolución de nuestros conflictos políticos».
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