Salud

Infierno o paraíso

Infierno o paraíso
Infierno o paraísolarazon

Las tres hormonas más importantes que influyen en la síntesis de proteína para formar más músculo, son las hormonas andrógenas: básicamente masculinas, como la testosterona, que es el andrógeno más potente. Por eso los hombres tienen mayor masa muscular que las mujeres, aunque ellas también la producen, en menor cantidad, en los ovarios y la corteza suprarrenal. La hormona del crecimiento: producida por la glándula pituitaria en la base del cerebro, facilita el aumento del tamaño de las células y su mitosis (división celular). La insulina: producida por el páncreas, permite que las células almacenen la cantidad de glucosa necesaria para que el cuerpo disponga de ella como fuente de energía.Durante la infancia y la pubertad, el aumento de volumen en el cuerpo muscular es 20 veces su tamaño. Con la edad, los cambios hormonales, nutricionales y un mayor sedentarismo provocan una disminución del músculo, por lo que el organismo pierde agilidad, fuerza y flexibilidad. Se reduce la coordinación y el equilibrio, aumentando así la posibilidad de sufrir caídas y lesionarse.En el caso concreto de la mujer, con la llegada de la menopausia, disminuyen además los niveles de estrógenos y progesterona (hormonas sexuales femeninas) que regulan la composición corporal (distribución de la grasa y la proporción tejido muscular-masa grasa). Así, mientras los estrógenos producen una distribución de la grasa en las caderas y las nalgas, típicamente femenina, al desaparecer estas hormonas femeninas, la distribución pasa a ser más similar a la de los hombres, acumulándose más en el abdomen. Esta grasa feminoide es menos activa metabólicamente y, por lo tanto, menos dañina. Sin embargo, la grasa androgénica es mucho más activa y aumenta el riesgo de padecer algunas patologías, como enfermedades cardiovasculares, cáncer de mama, hipertensión, diabetes y apnea del sueño. Además, el exceso de peso sobrecarga el sistema osteoarticular de las extremidades inferiores y puede agravar enfermedades como la artrosis. Con todo, las hormonas tienen su función biológica positiva mientras que sus excesos propician trastornos metabólicos insospechados.