La «amante» de Berlusconi se declara virgen

«La virginidad tiene para mí un valor importante. No he dado todavía el gran paso y espero que la fatídica primera vez sea con mi novio, Domenico». Noemi Letizia ha descartado con estas palabras que haya mantenido alguna relación con Silvio Berlusconi, quien acudió a su fiesta de 18 cumpleaños hace un par de semanas. La presencia del primer ministro en la celebración ha sido una de las causas que ha llevado a su esposa, Veronica Lario, a pedirle el divorcio. Lario ha dicho que su marido «frecuentaba a menores», algo que ha sido repetidamente negado por Berlusconi y, ahora, por su supuesta amante, Noemi Letizia. En una almibarada entrevista en el semanario rosa «Chi», la joven habla de su vida sexual y de sus ambiciones, pero no menciona a «Il Cavaliere». Le gustaría participar en Gran Hermano y tiene previsto rodar una película en la que interpretará a la hija de una familia que ha sufrido las consecuencias de un terremoto. Si no tiene éxito en el mundo del espectáculo, trabajará como diseñadora de publicidad, profesión para la que se está preparando en una academia. Aunque a la mayoría de los jóvenes de su edad la política no les interesa, a ella le resulta «fascinante» y le «llama la atención». Esto, sin embargo, no significa que «dentro de veinte años sea ministra», puntualiza. Noemi no revela a quién votará en las elecciones europeas de junio, ya que «el voto es secreto». Eso sí, admite que «se orienta hacia el centroderecha». La entrevista tiene incluso un hueco para sus pretensiones culturales. Confiesa que quería leer «Gomorra», el libro sobre la camorra escrito por Roberto Saviano que ha sido luego llevado al cine por el director Matteo Garrone. El filme, en el que se muestra la criminalidad de la mafia napolitana, hizo que se le quitaran las ganas de leer. «Cuenta sólo una pequeña parte de Nápoles. Nuestra imagen ha quedado hecha añicos». Una película que le ha gustado más ha sido «Confesiones de una compradora compulsiva», con cuya protagonista dice haberse sentido identificada. «Es una cinta estupenda». De ella sacó la idea de comprarse dos vestidos para su cumpleaños. «No pude resistirme y me puse ambos, uno para la cena y otro para el baile. ¿Qué tiene de malo?». Además de ir de compras, de cena y al peluquero, otra de sus pasiones es que le hagan la manicura. «Me dejo crecer las uñas y me las hago colorear. Ahora las llevo violeta». No es baladí que Noemi haya elegido el semanario «Chi» para reivindicar su virginidad. Esta revista, llena de fotos de famosos y de cotilleos, pertenece a la editorial Mondadori, que a su vez forma parte de la sociedad Fininvest, propiedad de Berlusconi y de su familia. «Chi» fue quien publicó las fotos de la fiesta de Noemi en las que «Il Cavaliere» aparecía brindando con los invitados. La semana pasada también ofreció una entrevista a su padre, Benedetto, en la que descartaba que su hija hubiera mantenido una relación con el primer ministro. Además de Noemi y de sus padres, hay otra persona que ha aprovechado la ocasión para coquetear con la fama: su novio, Domenico Cozzolino. Este muchacho con cuerpo y pretensiones de modelo está concediendo numerosas entrevistas en las que cuenta los pormenores de su relación. El divorcio, después de las europeasEl divorcio entre Silvio Berlusconi y su esposa, Veronica Lario, podría no producirse hasta después de las elecciones europeas, que se celebrarán el 6 y el 7 de junio. El primer ministro italiano intenta todavía salvar su matrimonio y, si no lo consigue, pretende que la ruptura no sea dramática y que, sobre todo, se produzca cuando hayan pasado los comicios. Según informó ayer el diario romano «Il Messaggero», «Il Cavaliere» es consciente de que la mayoría de los italianos no cambiará su voto por sus problemas maritales, pero aun así no quiere correr riesgos comenzando un divorcio que promete ser mediático. El rotativo considera que no está lejano el acuerdo amistoso entre Berlusconi y Lario, lo que evitaría el proceso judicial entre ambos y permitiría al primer ministro afrontar las elecciones europeas sin el lastre de la separación.