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La coletilla

La Razón
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Muchas veces me da vergüenza escuchar a determinados políticos. La campaña les debe de subir tanto el ego cuando se dirigen a los suyos que sólo son capaces de decir una sarta de tonterías injustificables. No hablo de economías sostenibles, brotes verdes y energías renovables fruto del márketing político y a veces de la nadería más absoluta. Me refiero a los insultos y a las descalificaciones. Siendo una cuestión grave en la derecha y en la izquierda, esta vez el candidato del PSOE López Aguilar y su equipo han ido más lejos de los fuegos artificiales propios de la campaña al descalificar una forma de pensar o una forma de vivir.López Aguilar decía que la derecha trata de imponer sus ideas, su forma de vida, su concepto de sociedad, con menos libertad y con un pasado lleno de sombras. Sorprende que un hombre que se dice moderno descalifique así a diez millones de españoles que creen en otros valores y otra forma de vida distinta de la suya. Y como remate muchos compañeros añaden la coletilla que se repite desde hace años: la derecha miente, crispa, siembra alarmas. Y en sus vídeos ponen la guinda con un insulto a la inteligencia.La muletilla les funciona, incluso llega a calar entre los suyos, pero eso sólo hace alimentar las diferencias en lugar de fomentar los argumentos, la propaganda frente a la inteligencia.Sería bueno que como ejercicio de humildad comiencen a distinguir lo público de lo privado. No se puede justificar que el presidente vaya a un mitin, con su ministra de Igualdad de palmera, en avión oficial porque no se deja de ser presidente unas horas. Si ése es el concepto de lo público, podían añadir que el estado es suyo. Rematar con que otros presidentes también lo hicieron es mentir desde la impunidad. Y estas cosas pasan factura.