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La Hípica se rinde a la Infanta PIlar

La Hípica se rinde a la Infanta PIlar
La Hípica se rinde a la Infanta PIlarlarazon

La presencia de la Infanta Elena y de Doña Pilar eclipsó ayer por un instante el bullicio mediático y de público que provoca la asistencia de Carlota Casiraghi y Athina Onassis, un robo pasajero de protagonismo que las herederas agradecieron después del interés mediático que despertaron desde su llegada a Valencia el jueves para acompetir en el Gran Premio de España de Hípica, que se celebra dentro del Global Champions Tour. Pero la alegría parece que también dura poco en la casa del rico, porque, una vez instaladas las Infantas en la zona VIP de la Ciudad de las Artes, la tormenta de «flashes» regresó sobre las millonarias amazonas. Ellas fueron las protagonistas durante la mañana de ayer. Entre salto y salto de la competición, pudimos observar a Marta Ortega, Carlota Casiraghi y Athina Onassis divertidas charlar de caballos, reunirse con los suyos, degustar nuestra comida –ensalada de pera con oporto y queso azul, «carpaccio» de tomate y carrillera de cerdo ibérico a mediodía, fueron algunos de los platos que disfrutaron– y beber champán, ya que, al parecer, es una de las bebidas preferidas de la hija de Carolina de Mónaco. Onassis, por su parte, estuvo más pendiente de su esposo, el jinete brasileño Álvaro de Miranda Neto, más conocido como Doda, que quedó segundo en el Trofeo Iberia. A los afortunados que compartieron mesa y mantel con quienes parecen vivir en una luna de miel continua no se les pasó los arrumacos que regalaron. Ella más que él, por cierto. Según sus compañeros de almuerzo –el acceso a esta zona está restringido a la Prensa–, destaca lo cercana que parece la heredera de una fortuna de 3.000 millones de euros. Tanto, que no le resultó extraño salir del refugio exclusivo para el famoseo para pasear por la zona común, a pesar del riesgo de ser abordaba por los asistentes. Pero incluso se dejó fotografiar con un grupo de niños que la rodearon para que no se escapara. José Bono, hijo del presidente del Congreso de los Diputados, también se dejó ver trotar por el recinto abierto al público; más esquiva se mostró, no obstante, la heredera del imperio Inditex, Marta Ortega. Un menú ligeroLa Infanta Pilar llegó por la tarde a la Ciudad de las Artes acompañada por su hija Simoneta Gómez-Acebo después de almorzar con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en un hotel. Horas más tarde, Doña Pilar, gran aficionada a los caballos, fue homenajeada por su contribución al mundo de la hípica durante una cena servida por Prats Fatjó Valencia, que elaboró, entre otros platos, unos entrantes de jamón ibérico, «vichisoise» con tartar de salmón y, como tributo a la tierra, «suquet» de rape. Un apunte: como la mayoría de los asistentes son deportistas preocupados por su forma física, la organización optó por que el menú fuera muy ligero, aunque esta decisión no impidió que quien quisiera saltarse la dieta por un día rematara la noche con una trilogía de chocolate.Pasadas las ocho y media de la tarde comenzaron a llegar al recinto ferial los trescientos invitados, entre ellos, Mar Saura y su marido, el ex jinete olímpico Javier Revuelta; Álvaro Arrieta, consejero delegado de Oxer Sport, con su esposa, la presidenta del Parlamento Vasco, Arantza Quiroga; Cayetano Martínez de Irujo... Y, por supuesto, Carlota Casiraghi, Athina Onassis, Marta Ortega y José Bono.