La LEC obvia el castellano

BARCELONA- El informe provisional de la ponencia de la Ley de Educación blinda al catalán frente a la justicia. El texto, al que ha tenido acceso este diario, desoye al Real Decreto del Gobierno que insta a impartir las 665 horas de castellano en Primaria mediante tres artículos. El número 11 establece que «las actividades orales y escritas, el material didáctico y de texto, así como la evaluación de las áreas, materias y módulos del currículum han de ser normalmente en lengua catalana, excepto en el caso de la lengua y literatura castellanas y de la lengua extranjera». La ley, en cambio, abre la vía a que el resto de materias puedan ser impartidas en el resto de idiomas. El artículo 13 indica que el «proyecto lingüístico puede determinar los criterios para impartir contenidos curriculares y otras actividades educativas en alguna de las lenguas extranjeras». Esta situación implicaría que matemáticas o ciencias se pudiesen estudiar en alemán ya que, uno de los apartados del artículo 15 reza que en cada centro se tiene que apostar por «el tratamiento de la lengua catalana como lengua vehicular y el proceso de enseñanza y aprendizaje -que no uso-de la lengua castellana». El diputado y portavoz educativo del PP, Rafael López, denunció el «vacío» del castellano en la Ley. «Quieren aprobar la Ley lo antes posible para que se aplique a principios de curso y paralizar así el Real Decreto», apuntó. «El problema es que el texto se plantea como un desarrollo del Estatut y no de la LOE (Ley Orgánica de Educación) y convierte al castellano en una lengua ilegal en el aula», criticó. Con todo, el martes los partidos de la cámara catalana volverán a reunirse en la última ponencia de la Ley, después el texto pasará a comisión para que después se vote en el Parlament. Los populares han conseguido avanzar en términos de «libertad educativa» como la posibilidad de la concertación del Bachillerato o más facilidades para los padres a la hora de escoger centro, pero «se tienen que valorar muy bien» todas las aportaciones posibles en el escaso tiempo que le queda al redactado de la norma.