Ahorro de energía
La mayor planta solar tiene sello español
En el portugués concejo de Moura, Acciona ha puesto en marcha la mayor central fotovoltaica conectada a red del mundo. Con una potencia de 46 MWp, producirá anualmente la energía suficiente para abastecer a más de 30.000 hogares lusos
La mayor planta fotovoltaica del mundo tiene sello español, aunque no está en España. Pero sí en la Península Ibérica. El pasado 29 de diciembre, a escasos kilómetros de Badajoz, en la localidad portuguesa de Amareleja, Acciona conectó a la red la planta de energía solar fotovoltaica más grande del mundo. Las cifras en las que se mueve el proyecto bien le valen el calificativo de «megaplanta», pues tiene una potencia de 46 Megawatios (MWp) y producirá anualmente 93 millones de kilowatios/hora (KWh), electricidad suficiente para dar respuesta al consumo eléctrico de más de 30.000 hogares portugueses. Desde su puesta en marcha, toda la electricidad producida por la central se inyecta en la Red Pública de Distribución Eléctrica de Portugal para su consumo, por lo que gran parte de la región «se alimenta» gracias a la energía del sol. De hecho, la central de Amareleja aportará, por sí sola, el 30 por ciento del objetivo marcado por el Gobierno de Portugal en en el ámbito fotovoltaico (instalar 150 MWp en 2010). Pero esta ambiciosa construcción también tiene repercusiones para nuestro país, ya que, como reconoce Tomás Díaz, director de Relaciones Externas de la Asociación de la Industria Fotovoltaica (ASIF), «que la planta más grande del mundo tenga identidad española afianza la pujanza del sector renovable dentro y fuera de nuestras fronteras. El mercado de la energía solar es global y este proyecto es una muestra más de que somos líderes a nivel internacional».
Una superficie de 250 hectáreas
Con una inversión de 261 millones de euros, son varias las razones que otorgan a la nueva central solar el título de la más grande. La primera de ellas es su extensión, ya que ocupa una superficie de 250 hectáreas (un campo de fútbol mide cerca de una hectárea) en la circunscripción de Amareleja, perteneciente al concejo de Moura (región del Alentejo). A esto se suma, además, su producción estimada (93 millones de KWh), que evitará la emisión de 89.383 toneladas anuales de CO2. La explicación a tan elevadas cifras se encuentra en la utilización de 2.520 seguidores solares Buskil, «estructuras programadas para seguir la parábola del sol a lo largo del día, de modo que los rayos incidan perpendicularmente sobre los paneles, logrando así la máxima producción eléctrica. De hecho, este tipo de instalación logra incrementar la producción un 30 por ciento respecto a las construcciones fijas», señalan desde Acciona Solar. El seguidor Buskil k18, de tecnología Acciona, instalado en la planta de Amareleja es de acero y tiene un acabado galvanizado en caliente para garantizar una correcta protección frente a la corrosión. Y frente a las adversidades meteorológicas, ya que la estructura de soporte de los módulos ha sido diseñada atendiendo criterios de resistencia a cargas de viento de hasta 140 kilómetros/hora. Pero su principal característica es su capacidad de movimiento, gracias a una estructura móvil de seguimiento acimutal (de este a oeste), además de un contundente anclaje al terreno. «La estructura móvil consiste en una parrilla que incorpora los módulos fotovoltaicos y un tubo cilíndrico vertical que soporta el bastidor, estructuralmente resistente y con capacidad de giro», puntualizan fuentes de Acciona Solar, filial de Acciona Energía, encargada de la construcción de la planta. En concreto, los más de 2.500 seguidores tienen un ángulo de seguimiento de 270 grados en dirección este-oeste, un ángulo de inclinación de 45 grados respecto a la horizontal y un sistema dirigido por electrónica de control que determina la posición correcta del seguidor en función de la hora, el día y el mes en que se encuentre.
Más de cinco metros de altura
La dimensión de las «piezas» tampoco es pecata minuta, pues cada seguidor tiene una superficie de 140,84 metros cuadrados (13,05 metros de largo por 10,79 de alto). De hecho, la altura de la columna en la que se asienta es de 3,556 metros por lo que, la altura de coronación, con la estructura instalada a 45 grados, alcanza los 5,81 metros finales. Pero el «puzzle» no termina ahí, ya que cada seguidor alberga, a su vez, 104 módulos fotovoltaicos formados por células de silicio policristalino, recubiertas de una capa antirreflectante, de alta eficiencia. Los 260.080 módulos que dan forma al conjunto total de la planta tienen un periodo de vida superior a los 25 años. «El hecho de escoger la tecnología del silicio es una garantía, ya que en 2007 supuso el 90 por ciento del mercado, por lo que su calidad está más que demostrada», puntualizan Díaz. En concreto, existen dos tipos de módulos fotovoltaicos: de 170 y de 180 Wp de potencia nominal cada uno. Los primeros tienen una eficiencia del 13,6 por ciento (15,8 por ciento de eficiencia de la célula) y los segundos del 12,9 por ciento (14,7 por ciento de eficiencia de la célula). Y, ¿por qué la región portuguesa de Moura? La elección no fue casual, ya que en razón de la irradiación solar, el ratio de producción eléctrica estimado en la planta es de 2.021 KWh por cada KWp instalado. Según fuentes de Acciona Energía, los argumentos que jugaron a favor de la ubicación de la central solar en esta zona del Alentejo fue «la alta irradiación solar de la región, pero también la buena accesibilidad del emplazamiento, el relieve poco acentuado con predominio de áreas planas y la posibilidad de ubicar en un único espacio toda la central, reduciendo así costes económicos y afecciones ambientales».
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