Bilbao

La «NASA» de la eólica está en Toledo

La «NASA» de la eólica está en Toledo
La «NASA» de la eólica está en Toledolarazon

Conexión con 5.500 aerogeneradores, recepción de unas 300 señales por cada uno, control en tiempo real de 70 minicentrales hidráulicas y 160 parques eólicos repartidos entre ocho países¿ Estas son sólo unas primeras cifras para hacerse a la idea del alcance del CORE de Toledo, el Centro de Operación de Energías Renovables de Iberdrola. En total, más de 5.000 megavatios de potencia conectados desde España, Portugal, Brasil, EE UU, Polonia, Grecia, Francia y Hungría. Y serán más. Según su director, Gustavo Moreno, «en su día se pensó que el sistema que se montase tenía que valer para todas las energías renovables y para cada tipo de aerogenerador». Y así se hizo, con una inversión hasta el momento de diez millones de euros. Por fibra óptica, si es desde España, o por satélite para el resto, el CORE recibe en pantalla datos sobre la temperatura exterior e interior de la máquina, la velocidad y dirección del viento, el ángulo de las palas, las revoluciones por minuto de la turbina, o el estado de los filtros y de los ventiladores interiores, entre otras muchas variables, alrededor de 300 señales por aerogenerador. La puesta en marcha del CORE en 2003 fue un proyecto pionero porque «no existía a nivel mundial ningún otro centro de este tipo», afirma Gustavo Moreno, quien reconoce que «aún ahora es por el número y el detalle de las señales que recibe en tiempo real, uno de los sistemas más grandes que conocemos». Con todo ello, el control que se realiza de cada aerogenerador desde Toledo tiene otra ventaja, y es la optimización de costes. La variable tiempo-dinero en un parque eólico es importante y lo que se tarde en detectar una incidencia o solucionar una avería también. Cada kilovatio cuenta. En estos casos, el dispositivo empieza a funcionar desde los tres puestos de operación de la sala principal del Centro. Cada uno conecta con unos 2.000 MW, que opera desde un ordenador y tres pantallas. Una de ellas recoge el mapa geográfico y la distribución de los parques. También unas barras de medición muestran en tiempo real cuánto está produciendo cada parque en una escala de cero a cien por ciento. Alertas Otra, la pantalla general de alarmas, recoge el estado de cada aerogenerador: «posible hielo en palas», «aerogenerador en pausa», o «aerogenerador en emergencia», por ejemplo. Para ver con más precisión qué puede estar ocurriendo el operador del puesto de control tiene la posibilidad de entrar virtualmente en cada parque y revisar el aerogenerador por dentro, a través de una infografía de su interior en la que aparece toda la información en tiempo real sobre su funcionamiento. Esto permite ganar tiempo en el diagnóstico del problema. Si se puede solucionar desde el centro -por ejemplo, corrigiendo el ángulo de las palas- se hace, y si no, se avisa al equipo de mantenimiento del parque. En función de cada alarma se sigue un procedimiento. Hay varios grados para valorar el estado de un aerogenerador: «pausa», que suele ser por razones metereológicas; «parada», que es un estado intermedio, y «emergencia», que implica incidencias más serias. Aunque desde Toledo no se lleva a cabo la predicción de la producción de eólica -un requisito normativo desde 2006 que Iberdrola realiza con el «sistema Meteoflow», ajeno al CORE-, sí que lleva a cabo una labor importante de corrección de las mismas, ya que, al margen de las estimaciones metereológicas, la disponibilidad de los equipos y el estado de las instalaciones es también relevante en el resultado final. En este sentido, Moreno explica que la corrección que se hace desde el Centro de Operación que dirige tiene exclusivamente en cuenta cuestiones como si los aerogeneradores de un parque funcionan al cien por cien, si se ha detectado una posible parada, o si están pendientes de solucionar una avería, lo que determina la producción final. La predicción de la producción, según las estimaciones metereológicas junto con otras variables, se lleva a cabo por el sistema «Meteoflow», que se gestiona desde Madrid y es un software desarrollado por Iberdrola Renovables. Desde sus servidores, en Bilbao, se prevé con 48 horas de antelación cuánto viento va a hacer y cuál va a ser la producción de energía en cada parque. Según Salvador Fernández Uranga, responsable de Servicios Técnicos de Explotación de la Compañía, «Meteoflow» es «uno de los sistemas de predicción más avanzados a nivel mundial» y el hecho de ser un desarrollo propio de la compañía «permite un control absoluto tanto del sistema como de los datos que maneja sobre cada parque». En una primera fase, el software recoge de distintas fuentes datos metereológicos a nivel nacional que, tras resolver unas determinadas ecuaciones físicas, le llevan a realizar una predicción de viento para cada parque, y a partir de ahí una estimación de su producción. Según explica Fernández, en una segunda fase, se hace lo propio a partir del histórico de producción de cada parque en cuestión. En una última fase, de «postproceso», se aplican a estos resultados nuevos procedimientos para elegir el resultado que mejor se adapte al comportamiento de cada instalación. Una información necesaria hoy en día para poder participar en el mercado diario de electricidad.