España

La píldora del día después una «bomba» para las venéreas

El repunte de casos de sífilis y gonorrea desde 2001 coincide con la introducción de la postcoital en España.

La píldora del día después, una «bomba» para las venéreas
La píldora del día después, una «bomba» para las venéreaslarazon

Las enfermedades venéreas o de transmisión sexual (ETS) han vivido un repunte de casos desde 2001, año en el que se autorizó en España la píldora del día después. Aunque no hay ningún estudio que establezca una relación causal entre ambos factores, lo cierto es que hasta el año 2000 los contagios por sífilis y gonorrea iban en descenso.

 

«El verdadero problema detrás del aumento de las enfermedades venéreas que se observa no es el incremento de los casos de sífilis o de gonorrea, sino el del VIH, que ha crecido especialmente en gente joven», subraya Albert Pahíssa, del Servicio de Infecciosas del Hospital Valle de Hebrón, de Barcelona.

 

La pérdida del miedo al sida por los jóvenes –que no recuerdan que otrora fue una enfermedad necesariamente mortal– se une a partir de ahora a la fácil disponibilidad de la píldora del día después, lo que podía traducirse en un menor uso del preservativo, una tendencia que ya se viene observando. «Desde que el VIH es más fácilmente controlable que la gente le ha perdido el miedo y las medidas de prevención se han relajado», comenta Santiago Moreno, infectólogo y ex presidente de la Sociedad Española de Infecciosas.

 

Por tanto, y aunque a día de hoy no se puede establecer una relación científica causal entre la introducción de la píldora postcoital y el aumento de las ETS, la lógica hace pensar a los expertos que «si se ofrece facilidad no acompañada de docencia, la píldora del día después podría ser un factor más para dejar de usar preservativo, porque a la joven lo que le preocupa es no quedar embarazada, no contraer el sida».

 

Experiencia británica

 

El único estudio científico que asocia la venta sin receta de la píldora del día después con un aumento de las enfermedades venéreas se publicó en la revista «British Medical Journal», basándose en la experiencia vivida en el Reino Unido. En este trabajo se constataba que la venta libre de la píldora no era una medida eficaz para reducir el número de abortos y además se asociaba a un aumento de la promiscuidad y de las enfermedades de transmisión sexual.

 

Además, con la venta sin receta de la píldora del día después en España, el médico pierde totalmente la pequeña parcela de educación sexual que podía dar a la joven que acudía en busca de la receta para la píldora. «Era el momento que teníamos de concienciarla de que más allá del embarazo, el verdadero problema es el sida».

 

Esta labor del médico quedará ahora en manos del farmacéutico. El Ministerio de Sanidad firmó ayer un acuerdo con el Consejo General de Farmacéuticos para que sean éstos los que informen a las jóvenes sobre salud sexual en el acto de dispensación de cualquier método anticonceptivo, ya sea la píldora anticonceptiva, la anticoncepción de urgencia o una caja de preservativos.

 

Sanidad anunció que elaborará un protocolo donde concretará qué información y qué material se entregará a las jóvenes en las oficinas de farmacia. «En la farmacia, la persona que atiende puede no ser el farmacéutico, sino un auxiliar. Es un error que no informe el médico», juzgó Pahíssa.

 

ANÁLISIS: Consecuencias que van más allá del embarazo- ¿Por qué aumentan las enfermedades venéreas? –Las campañas publicitarias de concienciación del uso del preservativo han caído en el olvido. Los más jóvenes no vivieron los primeros años del sida, con multitud de muertes fulminantes. Esto, unido a que los nuevos tratamientos han convertido al sida en una enfermedad crónica manejable, ha relajado las costumbres preventivas y, desgraciadamente, ha llevado a un aumento de las enfermedades venéreas desde el año 2001. La disponibilidad de la píldora postcoital, que evita el temido miedo al embarazo, ha colaborado a una reducción del uso del preservativo.- ¿Es papel de los farmacéuticos informar? –No. Especialmente porque las personas que atienden en las oficinas de farmacia son, en muchas ocasiones, auxiliares. Educar en salud es labor de médicos y enfermeros.