Catolicismo
La rana y la olla
Nunca he sabido si se trata de una leyenda urbana o de un caso real. Seguramente algún biólogo nos podrá sacar de dudas. Pero cuentan la anécdota de que, si se echa una rana en una olla con agua hirviendo, ésta salta inmediatamente tratando de huir. Sin embargo, si se mete al batracio en la misma olla con agua fría y se pone al fuego para que se vaya calentando lentamente, la rana se queda plácidamente flotando hasta que le sorprende la muerte. Sea o no verdadera, la historieta sirve para entender lo que puede estar pasando con muchos cristianos. La mentalidad mundana ha ido subiendo grados lentamente, adormeciendo las conciencias de numerosos católicos. Y así, te encuentras con muchos cristianos que han llenado sus vidas de ídolos, como el dinero, el placer, lo políticamente correcto, el cumplimiento aburrido de unos preceptos, lo «lógico» y el «sentido común», dejando en un rincón la visión sobrenatural. Sus vidas no son un caminar sobre las aguas de la fe, como hizo Pedro, sino un cómodo quedarse en la orilla. Pero no nos engañemos. Vale más caminar sobre las aguas con Cristo que estar en tierra firme sin Él.
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