Crisis política en Italia

La Verónica

La Razón
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Ha dicho Berlusconi que no tolerará una Italia multiétnica y la Iglesia le ha dejado claro que para estas cosas que dice tan majaderas no busque cómplices en ella. Berlusconi ya tenía enfadada a la Iglesia desde que anunció su divorcio y mi amigo Vito, hagiógrafo de tío Silvio, cree adivinar sus planes para tratar de limar asperezas: su tercera mujer será negra. En estos planes contra natura, tío Silvio posee un aliado aventajado. La Liga Norte del inimitable Bossi ha llegado a proponer un transporte público diferenciado. Por un lado los italianos de toda la vida y por otro, los inmigrantes. Dicen las encuestas sobre intención de voto que tio Silvio volvería a ganar las elecciones ahora mismo, y a muchos nos cuesta trabajo creer que este buen señor pueda ser reelegido una y otra vez a pesar de provocar un bochorno general e internacional sin parangón. Aunque las crisis económicas no hacen sino engordar las posibilidades de esta clase de políticos, yo tengo mis esperanzas puestas de manera muy particular en Verónica Lario, la casi ex segunda esposa de tío Silvio. No hay nada que tu familia no sea capaz de estropear pero a base de bien. Véase, por ejemplo, el pudor que provocan las sobreactuadas demostraciones de amor de Sarkozy, el líder de la vieja Europa, el político de moda, el portavoz del continente, a su reciente esposa modelo. No diga Sarkozy, diga Sarkozyta. O, la incontinencia verbal de la cuñada de Gordon Brown, que, a cuenta de unos dudosos pagos del Premier a una señora de la limpieza a costa de los fondos públicos, nos ha contado que el hermano de su marido era un poco dejado y algo disoluto, es decir, lo que viene siendo un cerdo y, además, un golfo. Verónica Lario,cansada de sentirse humillada por ese galán de teléfono blanco que tienen los italianos como presidente y harta de equivocarse de cirujano plástico, podría acabar con la inmunidad de la que disfruta tío Silvio gracias a sus abogados. Pero quizá su arma más peligrosa, la más intangible y al mismo tiempo la más dañina, sea la de mostrar al ser humano que hay detrás de la figura pública. La mamma, esa mamma italiana portentosa, puede que se piense a quien vota la próxima vez. Maravilla de prensa rosa, oyes.