La Vuelta a Francia

Madrid- Del triunfo de Bahamontes al de Ocaña pasaron 14 años. Del de Ocaña al de Perico, 15. A los ciclistas españoles les gustaba el Tour, pero era una empresa que les superaba. Tenían que pasar décadas hasta repetir victoria española. Pero el desarrollo del deporte español ha sido paralelo al del ciclismo. Después de Delgado llegó Indurain y, desde entonces, el Tour se convirtió en algo familiar, una hazaña que estaba al alcance de los españoles y que en los últimos cuatro años se ha convertido en rutina.El primer año, tras la dictadura de Armstrong, el Tour no tenía favorito. El español Óscar Pereiro se metió en una escapada, cogió un colchón de minutos y con ellos estuvo peleando hasta el final en París y más allá. Porque la carrera de 2006 no acabó en la carretera. Landis se subió al podio después de una remontada épica y segundo fue Pereiro. Como sucedió ayer, no sonó el himno español. Después, el control antidopaje descubrió a Landis y Pereiro, con meses de retraso, fue declarado ganador del Tour 2006.No ha podido repetir éxito. La buena vida le ha acostumbrado mal y no le apetece sufrir como antes. Pereiro no fue rival de Contador el año siguiente. Lo fue Rasmussen, que, como Landis, también iba a llegar primero a París. Alberto no había podido con él en la montaña. Pero Rasmussen no pudo justificar algunos movimientos sospechosos antes de empezar el Tour y, pese a no dar positivo en ningún control, le obligaron a dejarlo. Contador ganó por primera vez.No pudo ganar la segunda porque a su equipo, Astana, le prohibieron participar. Fue la carrera de Sastre, que este año no ha podido repetir exhibición. Con paciencia y con mucha fuerza en la última semana de competición, Carlos Sastre logró ganar el tercer Tour consecutivo para España.Este año se esperaba un duelo entre el del Cervélo y Contador y Armstrong. No ha habido. Contador ha demostrado ser muy superior a todos. Ha demostrado que el dominio español en el Tour puede durar varios años más.