Lanzan al mercado un vino «light» sin una gota de alcohol

Produce vino sin alcohol de graduación cero pero con todo su aroma y sabor. «No es mosto, es el zumo de uva obtenido antes de su fermentación. Se trata de eliminar el alcohol del vino sin que pierda sus cualidades mediante un proceso de evaporización a baja presión, similar a lo que se hace con la cerveza», explica Sonia Pérez, ingeniera técnica agrícola y reponsable de Raisin D'or, la marca que da nombre al primer caldo español sin graduación con propiedades benéficiosas obtenidas de forma natural. «Las técnicas han avanzado mucho y hay equipos que permiten recuperar los aromas del vino arrastrados por el alcohol para obtener un caldo lo más parecido al original», asegura Pérez, satisfecha de los resultados obtenidos. Sin embargo, no estamos hablando de nada que no haya sido inventado. La primera patente de vino sin alcohol se presentó hace un siglo en Alemania. Y en Francia, es ya un negocio en alza. En España, ésta es la primera iniciativa y se enfrenta al reto de lidiar con una cultura donde el vino está muy arraigado. Aun así, las consecuencias que el alcohol tiene en la conducción – el miedo a perder el carné de conducir– o sobre algunas patologías, hacen que el vino sin alcohol cobre el título de alimento saludable y se convierta en una buena opción para quien quiera seguir disfrutando su sabor. Más polifenoles El proceso utilizado por esta profesional en Raisin D'Or, se basa en intervenir en el propio viñedo para aumentar la producción de polifenoles, una sustancia de las uvas a las que se le atribuyen los efectos antioxidantes y cardiovasculares del vino. «Si ya los tiene, cuanto menos alcohol, será más saludable», argumenta la investigadora, quien acaba de poner en el mercado 50.000 botellas de este caldo. Ganadora de uno de los galardones del Certamen Premio Jóvenes Emprendedores Bancaja, Raisin D'or prevé, como paso siguiente en sus planes empresariales, ofrecer a los bodegueros de las diferentes denominaciones de origen vinícolas gallegas, de donde procede, la posibilidad de elaborar marcas de vino sin alcohol. Es decir, que Raisin prestaría a la bodega interesada en salir al mercado con una línea 0,0 el servicio de desalcoholización. Pérez está convencida del «enorme potencial» del producto ideado y recuerda, para eliminar reticencias, que la cerveza sin alcohol, al principio, se acogió con cautela «y desde el año 2000 sus ventas no han dejado de crecer», dice.