Puerto Rico
Las iglesias progresistas de EE UU pierden un tercio de sus fieles
MADRID- ¿Qué pasaría si la Iglesia católica aceptase el aborto, las prácticas homosexuales, la libertad de cada parroquia de establecer su propia doctrina, el clero femenino, el matrimonio de los divorciados y las bodas gays? ¿Atraería eso a multitudes de personas? El experimento ya se ha hecho, durante muchos años y con millones de personas. Y el resultado, publicado en el reciente informe ARIS 2008, con entrevistas a 54.000 norteamericanos, es claro: las iglesias progresistas se mueren. El estudio, realizado por el Trinity College de la Universidad de Hartford, muestra que la Iglesia Episcopaliana ha perdido un 30 por ciento de sus feligreses en 7 años (de 2001 a 2008) y que la United Church of Christ (UCC), en la que se bautizó Barack Obama, ha perdido un 46,6% de sus adherentes en este tiempo. Según el informe «Clergy Voices 2008», en la iglesia de Barack Obama, el 79 por ciento de los clérigos cree que el aborto debe ser legal siempre o casi siempre (como de hecho sucede en EE UU), el 83 por ciento está a favor de entregar niños en adopción a parejas homosexuales y el 74 por ciento de eclesiásticos se define como «políticamente liberal» (en EE UU se llama «liberal» a lo que en Europa llamamos «progresistas»). Cuando Obama afirma que es «cristiano» se refiere a esta iglesia que en 2001 contaba con 1,3 millones de feligreses y que en 2008 ya sólo con 736.000. La UCC, nacida en 1957, cuenta en Dallas con una «catedral» dirigida especialmente a homosexuales con unos 3.500 fieles. Esta iglesia permite que cada parroquia tenga su propia doctrina sobre cualquier tema, pero en 2005 su Asamblea General recomendó que todos sus grupos locales admitiesen el matrimonio del mismo sexo porque «bíblica y teológicamente no hay justificación» para no celebrarlo en la iglesia ni en la vida civil. Los unitaristas de Puerto Rico no lo aceptaron y se separaron en 2006. Los episcopalianos (anglicanos de EE UU), que hasta 1976 eran los más cercanos al catolicismo, empezaron a ordenar mujeres sacerdotisas ese año, y ordenaron su primera «obispa» en 1989. Su presidenta, la «obispa» Jefferts Schori, vio el año pasado cómo cuatro diócesis enteras (San Joaquín, Pittsburgh, Quincy y Fort Worth) se marchaban, hartas de progresismo, para fundar su propia Iglesia Anglicana de Norteamérica.
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