Literatura y magia mucho más que Harry Potter

BARCELONA-La magia, el ilusionismo, la fantasía, el «hocus pocus», el abracadabra, el «ábrete sésamo», la inversión de la realidad a través de unos cuantos conjuros ha sido una tónica de la literatura universal desde los mismos tiempos de «Las mil y una noches». La irrupción de Harry Potter ha devuelto a la magia su actualidad, pero que nadie crea que el fenómeno se queda en la literatura juvenil, la literatura seria, adulta, académica también ha explotado el tema.El último en apuntarse a este recaudo es Enrique de Hériz, pero en su caso analiza la figura del mago de «music hall», al de los trucos más viejos del ilusionismo. Su «Manual de la oscuridad», editado por Edhasa, ha conseguido meterse en las listas de libros más vendidos a través de su radiografía de un mago que se queda ciego. «El acto de hacer magia y el de escribir ficción son parecidos. El asombro es el mismo y la voluntad de hechizar al lector también», asegura de Hériz.Después de su aclamada novela «Mentira», el escritor ha apostado por investigar en un arte que cada vez parece tener más adeptos. «La historia de la magia a partir del XIX es fascinante. Nunca me interesó mucho hasta que comencé a escribir el libro y vi sus mil ramificaciones. Me encantaba la idea de un mago que sufre en sus carnes un espeluznante truco de magia. Cuando se queda ciego es como si alguien hiciese desaparecer el mundo por arte de magia y pensar en cómo se tendría que adaptar a su nueva situación era de por sí una gran intriga», afirma el escritor.Muchos han sido los que han tocado estos temas, incluso premios Nobel como Isaac Bashevis Singer, que se aproximó al tema en «El mago de Lublin», historia épica de un mago judío en la Polonia de principios del siglo XX. Cada uno lo ha hecho desde su propia perspectiva. La reina de los «best sellers», Isabel Allende, por ejemplo, dio cabida al chamanismo en una de sus novelas más aplaudidas, «La ciudad de las bestias». Simón el magoPor su parte, el escritor Danilo Kis, que la editorial Acantilado ha recuperado recientemente, dibujó una fantástica aproximación a Simón el Mago, nigromante que se enfrentó al mismísimo apostol San Pablo para demostrar que sus poderes eran reales. Murió al lanzarse de una torre y no poder volar como había predicho. Según cuenta, la culpa fue de Pablo, al no creer en sus poderes.El lado más fantástico de mundo de las artes mágicas está representado por Terry Pratchett y su ciclo de Mundodisco, cuyo primer volumen era «El color de la magia». 26 libros después y con más de 30 millones de ejemplares vendidos ahora regresa con «Ladron de tiempo» (Plaza & Janés).Las leyendas artúricas de Thomas Malory y Chrétien de Troyes, los libros secretos de Paracelso, la alquimia impura de Cornelio de Agrippa, los viajes astrales de Swedemburg, nuestro Don Juan Tenorio, los prodigios de Plinio el Viejo, la magia nunca ha sido para niños, la historia lo demuestra.