Estados Unidos
Los marines de Obama avanzan en el polvorín talibán
PEKÍN- Los más de 4.000 marines desplegados el jueves en el sur de Afganistán avanzaban ayer por todo el valle de la provincia de Helmand, considerado el santuario de la resistencia talibán y la mayor plantación de opio del mundo. Según la agencia Afp, tan sólo uno de los batallones se topó con resistencia, un sangriento combate en el que al menos un soldado norteamericano resultó muerto y decenas fueron evacuados con heridas. El calor, que puede alcanzar los 50 grados en esta época del año, dificultó aún más la ofensiva.La llamada «operación puñal» ha sido ideada conjuntamente por el Gobierno estadounidense y el afgano de cara a las elecciones presidenciales del 20 de agosto, para sofocar la ola de violencia que se ha vivido a lo largo del último año y mejorar las perspectivas de triunfo del actual presidente y aliado de EE UU, Hamid Karzai. La iniciativa también responde al nuevo marco estratégico trazado por el presidente Obama después de asegurar que los talibanes que operan entre Afganistán y Pakistán son la mayor amenaza de Estados Unidos. Desde entonces, el Ejército de EE UU ha duplicado sus efectivos y modificado sus tácticas para ganarse las simpatías de la población afgana en detrimento de los talibanes, aunque por ahora los éxitos cosechados son apenas visibles.Según reconocen los propios oficiales norteamericanos, lo difícil no será derrotar a los milicianos que planten cara en Helmand, sino asegurarse el control de la zona una vez que acaben los combates. Así, para minar la autoridad moral de los talibanes, el Ejército norteamericano ha decidido ganarse a la población a través de programas de ayuda y estableciendo contacto con los jefes tribales de la zona. Una de las principales tareas es convencer a los campesinos de que dejen de ceder terrenos y cultivar el opio con el que se financian los talibanes. Están a tiempo: la última cosecha se recogió en mayo y las amapolas tardarán todavía unos meses en crecer.
Escondidos en HelmandEn el valle de Helmand, una zona que EE UU no ha logrado controlar en 8 años de ocupación, los talibanes cultivan adormidera, se entrenan y organizan ataques. En cada ofensiva los talibanes se desplazan o se mezclan con los locales, por lo que resulta muy difícil combatirlos sin la ayuda de la población.
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