Los Príncipes con Patxi López en Bilbao

BILBAO- «Egunon guztioi». Así comenzó ayer Su Alteza Real el Príncipe de Asturias, con un «buenos días a todos» en euskera, su intervención inaugural en el IV Encuentro Nacional Fedit de Centro Tecnológicos en Bilbao. Junto a él estaban Doña Letizia y el lendakari, Patxi López, en el primer encuentro que en tierras vascas mantiene el nuevo mandatario autonómico con la Familia Real. Las visitas de miembros de la Corona al País Vasco eran un hecho frecuente durante el gobierno del PNV, pero tras el cambio político operado en esa comunidad en las últimas elecciones municipales es la primera vez que lo hacen. Tanto los Príncipes como los Reyes han mantenido siempre una defensa cerrada de aquellos que sufren la persecución del radicalismo vasco y de las víctimas del terrorismo, al tiempo que mostraban el apoyo y la cercanía con el pueblo vasco. Hace escasos días, Don Juan Carlos recibía en el Palacio de la Zarzuela a la Mesa del Parlamento Vasco, encabezada por la popular Arantza Quiroga, en una foto histórica. El lendakari, que también fue recibido por el Rey el pasado 25 de mayo, diecinueve días después de prometer el cargo, hizo de anfitrión a los Príncipes en la capital vizcaína, al mismo tiempo que cientos de ciudadanos dedicaban una cerrada ovación a Don Felipe y Doña Letizia, que no dudaron en acercarse a estrechar las manos de los que esperaban su llegada. El Heredero, durante el discurso inaugural del encuentro, agradeció «la amable acogida con la que nos habéis recibido» en una «ciudad tan querida» como Bilbao. El Príncipe hizo una encendida defensa no sólo de la investigación y la tecnología españolas, como apuesta de futuro, pero también como una vía de ayuda para salir de una crisis que «entre todos hemos de superar», sino también de la educación, un tema que en el País Vasco ha generado agrias polémicas estos años. «Una tarea –dijo sobre la educación– que exige el compromiso de toda la sociedad, pues condiciona el futuro de todos los españoles». La educación, concluyó, «requiere un esfuerzo cada día mayor, ya desde la enseñanza primaria –donde se despiertan hábitos y valores esenciales para el espíritu innovador–». A la salida del acto, ni uno solo de los ciudadanos que esperaban en la calle se había movido y les despidieron como les recibieron, con una ovación.