Los terroristas palestinos quieren una tercera intifada

En el tercer día de ofensiva sobre Gaza, que ha dejado hasta el momento un saldo de 364 víctimas, Israel dio un giro a su operación centrando los ataques contra infraestructuras y miembros de Hamas. El Ejército hebreo lanzó ayer cinco ataques selectivos contra posiciones de la organización terrorista.
Uno de los ataques golpeó una vivienda en Jabalya, en el norte de Gaza, acabando con la vida de siete personas. Otro de los bombardeos tenía como objetivo la casa de Abdel Karim Jaber, un alto cargo de la Universidad Islámica de Gaza. Sin embargo, éste no se encontraba en su vivienda en el momento de la acción. Las fuerzas israelíes sí pudieron confirmar la muerte de un alto cargo de la Yihad Islámica.
Mientras tanto, cientos de tanques israelíes cercaban la franja a la espera de la orden de invadir Gaza, que sufre ya escasez de medicinas y cuyo entorno ha sido declarado «restringido» por el Ejercito hebreo.
Las carreteras asfaltadas y los principales núcleos urbanos son los únicos enclaves abiertos al tránsito civil. Las unidades de vehículos acorazados y carros de combate se mantienen apostadas y permanecen alineadas entre bosques, lomas y cañadas.
A quinientos metros del paso de Eretz, desierto pero habitualmente el más empleado para el tráfico de personas, dos docenas de tanques se desplegaron tras una vereda. Algo más al sur, en Nakhal Oz, una dotación policial impedía el paso a un kilómetro de ese otro puesto fronterizo, normalmente el más empleado para la entrada a Gaza de suministros y víveres.
«Los próximos días serán decisivos para comprobar si Hamas para sus ataques. Nos fuimos de Gaza hace tres años y no queremos volver», afirmó el portavoz del Gobierno israelí, Daniel Seaman, para agregar: «Pero lo haremos si es necesario». Fuentes militares hebreas reconocieron que una incursión terrestre –para la que el Gobierno israelí ha movilizado a 6.500 reservistas– conllevaría bajas.
Sin embargo, no parece que los terroristas de Hamas frenen el lanzamiento de cohetes. Según fuentes oficiales israelíes, una treintena de los proyectiles cayeron en el curso del día en la «zona de seguridad» y las áreas aledañas, que además de Sderot incluyen ciudades como Netivot y Ashkelón. Un obrero árabe y una mujer murieron en los ataques.