Diseño
Manifiesto femenino
Mis muy juiciosas y talentosas amigas de la revista «Elle» me piden que me adhiera a un manifiesto a favor del respeto a la imagen femenina y para que, de una vez, se nos juzgue por nuestro trabajo, no por nuestro sexo. Es cierto que cada vez es más frecuente el acceso de la mujer a puestos importantes y de responsabilidad, pero no lo es menos que todavía existen actitudes que nos alejan de una igualdad real y de facto. A nadie se le oculta que vivimos una era en que la imagen es importante para ambos sexos, pero si en todo se nos exige el doble que a los hombres también se nos exige que seamos modelos de alta costura para que detrás de la mesa de trabajo luzcamos lindas. En este manifiesto, al que ya se han unido hombres y mujeres de todos los ámbitos, hay un párrafo que resume el resto: «Que se valore nuestro talento, nuestro trabajo y nuestra capacidad por encima de la imagen que proyectamos, aceptando que la igualdad existe, aun dentro de la diferencia». Somos muchas las que empujamos este carro sin ruedas, pero la fuerza que hacemos es tal que pareciera que fuera sobre raíles. Ahora bien, en nuestro propio sexo encontramos a veces nuestro peor enemigo, bonitos floreros que van con sus mejores galas a los funerales de postín para salir en las revistas semanales, o las que viven agarradas al teléfono para comentar vidas ajenas. Estos especímenes nos entorpecen el camino. Pero con gentes como las autoras de este manifiesto abanderando la cosa, no ha lugar a la desilusión.
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