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«Me acuerdo a menudo del error táctico de Neira»

Nadie diría que el Tai-Chi, ese conjunto de suaves movimientos de armonización corporal que practican los chinos, es un arte marcial, además de una meditación en movimiento. Desde hace décadas, ésta y otras escuelas llegadas de Oriente, como el yoga o el Chi-Kung, generan un cada vez mayor interés en Occidente. El escritor y profesor de Tai-Chi Rafael Canneti nos adentra, con «Energía vital» (Entrelíneas), en los secretos de la fuerza vital y de cómo incentivarla en nuestro organismo.

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-¿Energía? ¿Vital?

-El concepto de energía vital está presente en las tradiciones espirituales de la Antigüedad. Los chinos la llaman Chi, los hindúes se refieren al Prana y a la energía Kundalini, los africanos tienen la Baraka...

-¿Y esa energía nos enciende?

-Nos da la vida. Es una fuerza universal presente en todas las cosas. Goethe ya estudió el «soplo de la vida». Y existen ejercicios para desarrollarlo, potenciarlo y armonizarlo, como el yoga, el Tai-Chi, el Chi-Kung o la meditación. Con estos ejercicios se puede llegar a desarrollar un enorme potencial físico y mental.

-¿Y qué dice la medicina sobre la energía vital?

-Por desgracia, la ciencia médica no le ha prestado demasiada atención. Para muchos es difícil creer que nuestro cuerpo posea una fuente generadora de energía a dos dedos bajo el ombligo que podemos activar para distribuir esa fuerza por todo nuestro organismo.

-Enséñeme cómo activarla.

-Primero deberá aprender a respirar. Piense que la mayoría de las personas utilizan mínimamente su capacidad pulmonar. A menos aire, menor vitalidad.

-Bien, ¡voy a practicar!

-Respire rítmica y metódicamente, sin ruidos nasales, en posición de meditación, vacíe el cuerpo de aire y llénelo hinchando primero la barriga y después el tórax.

- Mi diafragma no da mucho de sí.

-Funciona como una muralla que no permite circular nuestra energía. Pero, con los ejercicios del Tai-Chi o los estiramientos del yoga, llegará a dominarlo.

-Cuando era niño, respiraba con mayor libertad.

-Los sabios chinos distinguen entre el Chi prenatal y el posnatal. Saben que el niño respira libremente en el vientre. Pero la formación del carácter y de la neurosis nos llena el cuerpo de corazas que constriñen nuestra respiración. Gracias a las artes de la meditación, se puede volver a ese estado de respiración prenatal.

-¿Las danzas derviches también promueven la energía vital?

-Los sufis, grandes sabios, aprendieron a combinar el movimiento con la meditación. Potencian la energía vital en giros de enorme belleza.

-¿Existe algo parecido en el cristianismo?

-¡Por supuesto! Los hesicastas fueron grandes meditadores. En los monasterios griegos todavía se realizan sesiones de meditación asociada a repeticiones mántricas con rosarios.

-¿Cómo se hizo profesor de Tai-Chi?

-A los 39 años vine a España para abrir la filial de una gran empresa fabricante de billetes de banco. A causa del estrés, sufrí un infarto. Desde entonces, profundicé en el conocimiento de sabidurías ancestrales y comencé a practicar artes marciales para eliminar la tensión.

-¿Es karateka?

-Sí, pero no comulgaba con la violencia del kárate. Prefiero la armonía del Tai-Chi y la sabiduría de mi biblioteca sobre tradiciones antiguas.

-El Tai-Chi también es un arte defensivo.

-Permite afrontar un ataque ejerciendo una autodefensa muy poco agresiva. Mire, a menudo me acuerdo del error táctico que cometió el valiente profesor Neira. El Tai-Chi nos enseña una ley básica contra el peligro: nunca dé la espalda a su oponente.