Libros
Paulo Coelho: «Me he caído muchas veces pero siempre me levanto»
Escritor
Entro en una tienda de ropa dispuesta a regalarme tonterías hasta que, de pronto, siento la alquimia de una voz en movimiento...
-¿Qué hace Paulo Coelho sentado entre maniquíes en pleno Mango?
-Buena pregunta. No voy a comprar nada, sólo estoy de matrimonio.
-Enhorabuena. ¿Y la novia?
-Ja, ja, ja. La novia es la palabra. Estoy construyendo un enlace entre mis palabras y una camiseta. La palabra escrita tiene un poder enorme y siempre hay necesidad de ella. Por eso tengo la ilusión de que vuele más allá de los libros. Para que llegue a más gente.
-Y de paso ayudar a sus niños.
-Ellos son el motivo que me mueve a escribir estas palabras. Son fantásticos. Entras en el instituto que creamos hace años y sólo te rodean las sonrisas. Me llaman Paulo, sin más, y comprobar la autenticidad de su mirada y su manera de relacionarse con la vida es algo mágico.
-¿Hay más alegría en Copacabana que en Wall Street?
-Eso sin duda. Debemos estar conectados con la vida, abrirnos a ella, y a veces no comprendemos que le estamos dando la espalda. En Wall Street la vida no es más que una pantalla de ordenador y a menudo... ¿sabe qué olvidan?
-Que hay vida fuera del despacho.
-Exacto. Pero se empeñan en triunfar, qué palabra más absurda, hasta que, cuando se dan cuenta de que no era lo que buscaban realmente, se encuentran perdidos y vacíos. Y deben renacer para volver a empezar.
-También usted renació.
-Por supuesto, y estoy seguro de que volveré a hacerlo. La vida es un continuo viaje en el que hay que perderse para encontrarse. Uno de los problemas de esta sociedad es que la gente se empeña en encontrarse demasiado pronto, por eso se cae al comprobar que no lo consigue.
-¿Se ha caído muchas veces?
-Muchísimas. Pero siempre te levantas. Y, cuando lo haces, compruebas que, desde las sombras, puedes reconocer la luz y seguirla. ¿Recuerda lo que decía Borges?: «Recorrer el sabor de lo perdido».
-Borges no era la alegría de la huerta precisamente.
-Era un maestro. Si hablas de la alegría y quieres buscarla, te animo a que sigas el desafío: ríete con la gente y contigo. Encuentra el camino.
-Usted lo encontró en el Camino de Santiago, ¿no?
-Cierto. Supuso un antes y un después en mi vida, porque decidí luchar por mis sueños. Y empecé a escribir.
-Parece tener soluciones para todo. ¿Cómo animaría a un español en esta época difícil?
-Yo no doy soluciones. Esta crisis no empezó aquí. Tenemos un sistema podrido que ha provocado la situación que vivimos ahora. El desempleo es el alto precio a pagar, pero no hay vuelta atrás y no creo que se vea todavía la luz al final del túnel.
-Vaya.¿Y qué tenemos cuando ya no nos queda nada?
-A nosotros. Fíjese en su sonrisa, es una de las armas de los guerreros de la luz. Llévese la camiseta.
Me la llevo puesta, por si existe un lenguaje que vaya más allá de las palabras.Ojalá lo encuentre.
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