Escritores
Menos pintadas y más prudencia
La mayor parte de la ciudad decidió dar la cara cuando Ginés cayó en desgracia hace casi un año. Fue el momento de las declaraciones en televisión y de las pintadas en las calles de Coslada. Algunos, sin embargo, prefirieron callar y no mostrarse. «Quién sabe si lo vamos a tener de vuelta por aquí». Ayer, más que aquella euforia de liberación y las decenas de testimonios, reinaba la prudencia. A nadie, aunque ya no mande, le hace demasiada gracia la sombra de quien durante tantos años controló con mano férrea a la Policía Local. «Son gente violenta –comenta un hostelero – arreglan las cosas por las malas, aquí nadie quiere problemas y la gente está incómoda. Recuerdan cómo era esto y no les hace ninguna gracia que pueda volver a ser igual».
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