Merecido homenaje

Se acordó la Comunidad de Madrid de Enrique Franco e hizo bien, porque el crítico desaparecido fue uno de los grandes defensores de los compositores y conjuntos españoles desde la radio y la UHER. Él fue quien sugirió a Encinar la conveniencia de recuperar a Julián Bautista, quien habría escuchado con interés un estreno como el de César Camarero y el que hubiera disfrutado de una de esas misas de Haydn de infrecuente programación a pesar de las muchas bellezas que encierran. «Estrambote» de Bautista es partitura breve, festiva y de grata audición en la que sorprenden los guiños a Beethoven y Falla. Camarero se decanta en el encargo de la CAM por una especie de triple concierto con dos orquestas de cámara bien diferenciadas también sobre el escenario. En el concepto tiende a los acordes a plomo más que a unas melodías cuyos brotes verdes nunca llegan a crecer. Sonidos para la imaginación, bien construidos, pero de problemática recuperación. Encinar entendió muy bien ambas obras y perfiló una «Missa in Tempore Belli» inusual en nuestros días, extrovertida al primar sus aspectos teatrales sobre los litúrgicos y emplear amplias sonoridades. Intérpretes, director, orquesta y especialmente el coro fueron justamente muy aplaudidos.