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Mérida: Animalario hace correr la sangre

La compañía estrena en el Teatro Romano «Tito Andrónico», la tragedia más violenta de Shakespeare

Mérida: Animalario hace correr la sangre
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T odo da vueltas, lentamente, como la rueda de la fortuna o el ciclo de la vida. Todo gira en escena en círculos, hasta la sangre, un paño rojo, lorquiano, que brota del puño de Alberto San Juan. A sus pies, Elisabet Gelabert se retuerce en una mueca de dolor muda. Son Tito Andrónico y su hija Lavinia. El destino, las traiciones, los engaños y la ambición les han arrebatado manos, lenguas, hijos... A su lado, Andrés Lima, el director, susurra mientras Alberto San Juan sigue actuando: «Quieto... despacio... Ahí está la angustia, el temor, pero lo que él quiere es venganza. Arráncate los cabellos y muérdete la otra mano. Es lo que le pide el cuerpo que haga». Y San Juan escucha, asiente, aporta ideas...La obra más difícilEnsaya Animalario, la compañía española de teatro más premiada, aplaudida y controvertida de los últimos años. Se preparan para estrenar «Tito Andrónico» este miércoles en el Teatro Romano del Festival de Mérida. Y hay en el local madrileño donde ultiman el montaje entrega y tensión, porque la obra de Shakespeare es un torbellino de violencia en el que muere hasta el apuntador. «Yo soy el mal», sentencia Tito Andrónico, mientras sigue girando el escenario circular, que encierra la acción. «Para mí claramente, y quizá para la compañía, es la obra más difícil que hemos abordado», explica San Juan en un descanso. En escena se sucede el reparto: sube Enric Benavent para dar vida a Marco, el hermano del malahadado general; también Juan Coacero, que será Lauro, el hijo; se les une Fernando Cayo como el esclavo Aarón, al servicio de la reina Tamora que ha jurado venganza contra Tito, encarnada en Nathalie Poza; o el niño Lucio, que es Tomás Pozzi. Falta Javier Gutiérrez, otro «animalario» de siempre.Shakespeare escribió en 1593 este alegato contra el poder mal ejercido. Lima explica sobre esta segunda incursión en un clásico (antes hicieron «Argelino, servidor de dos amos») que «la puesta en escena obliga a ajustar cosas, pero es el original tal cual. He quitado algunas frases. Pero el texto está casi íntegro». Mérida les encargó este montaje, y cuenta el director, con una sonrisa, que «pensaron que nos iba, pero más que por lo gore, por otros motivos: si quieres hacer un texto clásico grecoromano, quizá "Tito Andrónico"sea de los que más pueden conectar con el hoy y el aquí». Y añade que la obra «une dos cosas: por un lado, el estudio del ser humano dentro de sus circunstancias, el alma y la política; por el otro, la violencia y el miedo como el eje sobre el que gira el mundo hoy en día. Eso es parte de lo que plantea Shakespeare en "Tito Andrónico"y también del trabajo que llevamos haciendo nosotros desde hace años». «Shakespeare es el autor más poderoso», sigue Lima, «es tan contemporáneo o más que cualquier autor de ahora. Es universal». Esa cercanía la multiplica el vestuario de Beatriz San Juan, hermana de Alberto y colaboradora desde hace años de Animalario. «Shakespeare, en su vocación de autor contemporáneo, que lo fue, situaba a Roma en la época isabelina: el único que iba vestido de romano era Tito. Había una conexión con el público, se le hacía ver que todo lo que ocurría en Roma también sucedía en Inglaterra», asegura el director. «Yo quiero conservar esa conexión: todo lo que se cuenta ocurre en España, en occidente, en Europa, en el mundo. En ese sentido, el de hacer llegar el teatro de forma clara y sencilla, no quería poner a los tribunos de toga. Son la representación del político: pues que vayan vestidos de traje, como políticos modernos».El corazón de la escenografía es la pista giratoria elevada, que cubrirá un manto de hojas secas. Tiene Animalario cierta querencia a estos espacios confinados. Así era el ring de boxeo de su magnífico «Urtáin» (que vuelve al Centro Dramático Nacional la próxima temporada). Y lo reconocen director y actor, aunque matiza San Juan que no es el único montaje donde han confiado en escenarios parecidos: «El tablao de "Argelino...", el espacio de "Hamelin"o la cueva-jaula de "Últimas palabras de Copito de Nieve"». La explicación la ofrece Lima: «Hay una intención importante en nosotros de hacer teatro: todo es una representación, una ceremonia jocosa, divertida o trágica, pero que sucede a la vista del público. En este caso el escenario da vueltas porque la obra es volcánica, una espiral de violencia que acaba en una explosión. Pero es cierto que hay una constante. Otra es la presencia de todo el elenco en escena, el hecho de trabajar como un coro». Tras Mérida, la obra se verá en Almagro y Huelva, y estará todo agosto en Madrid.