El Cairo
Musavi vuelve al frente de las protestas
La marea verde se viste de luto para homenajear a las víctimas y se pregunta quién las ha matado.
La «marea verde» se vistió ayer de negro en señal de luto. Los simpatizantes del líder de la oposición, Mirhossein Musavi, volvieron a salir a las calles de Teherán por sexto día consecutivo, pero está vez para expresar su solidaridad con las víctimas de los enfrentamientos entre pro-reformistas y partidarios del presidente Mahmud Ahmadineyad. El derrotado Musavi reapareció de nuevo en público para dirigirse a la multitud que se había congregado durante todo el día en la plaza del Iman Jomeini. Desde lo alto del antiguo edificio de telecomunicaciones, situado al sur de la plaza, el líder reformista pronunció unas palabras para recordar a los muertos en las protestas, mientras cientos de miles de seguidores coreaban: «Qué la paz sea con Mahoma y su familia», y alzaban pancartas que expresaban sus protestas: «¿Quién ha matado a nuestros hermanos?» o «¿dónde están los muertos?» . El Ministerio de Inteligencia cifró en ocho los fallecidos, mientras que Amnistía Internacional ha denunciado que los muertos ascienden a 15. Además, se desconoce exactamente lo ocurrido durante el pasado fin de semana en las residencias de la Universidad, asaltadas por la Policía y por grupos de Basij que, según los estudiantes, habrían matado al menos a cinco personas.
Las imágenes de la manifestación, que sólo pudo grabar la televisión estatal, mostraban la larga avenida de Valy-e Asr convertida en un hervidero de personas. La memoria de los muertos se recordó en las calles de Teherán, pero también en las mezquitas donde acudieron los iraníes para honrar «a los mártires y a los heridos en los recientes acontecimientos».
Mientras en las calles de Teherán se desborda la ira de los que apoyan al candidato pro-reformista, el poderoso Consejo de Guardianes mantiene el hermetismo en torno a la victoria de Ahmadineyad. Las últimas informaciones indican que este órgano, encargado del recuento de votos solicitado por Musavi, se reunirá mañana sábado con los líderes políticos para tratar de clamar los ánimos.
Mientras tanto, los ataques contra los simpatizantes de Musa-vi continúan, así como los arrestos a líderes opositores. Ayer, Ebrahim Yazdi, dirigente del Movimiento para la Libertad, fue detenido en un hospital. Tanto Musavi como el ex presidente reformista, Mohammad Jatami, han enviado una carta conjunta al jefe del sistema judicial iraní, ayatolá Mahmud Hashemi Shahroudi, pidiéndole que tome medidas para impedir la violencia policial contra los manifestantes y ayude a excarcelar a los manifestantes todavía detenidos.
A medida que el Comité Electoral Nacional retrasa los resultados detallados de estas polémicas elecciones, las denuncias crecen. El candidato conservador, Mohsen Rezaei, ha acusado al Comité de retrasar de forma consciente los resultados para evitar que los candidatos pudieran presentar una queja formal al Consejo de Guardianes.
Los tres candidatos presidenciales que perdieron frente a Ahmadineyad han denunciado un total de 646 irregularidades frente al Consejo. Para rebajar tensiones, el portavoz del órgano legislativo, Abbas Ali Kadkhodaï, dijo a la televisión estatal que los 12 miembros del Consejo ya han comenzado su «cuidadoso examen» de las irregularidades. Musavi convocó a una nueva marcha para mañana, en la plaza de Azadí.
Cuando la prensa es la «enemiga» del régimen
Entre los diez periodistas iraníes detenidos a raíz de la polémica reelección del presidente ultraconservador, Mahmud Ahmadineyad, según publicó ayer Reporteros Sin Fronteras, se encuentran las primeras figuras de una profesión que está amenazada. Mohamad Atryanfar, director de «Hamshary», «Shargh» y «Shahrvand Emrouz», fue detenido el pasado 15 de junio y se cree que ha sido trasladado a la unidad de seguridad de la prisión de Evin. Saïd Hajarian, ex director del periódico reformista «Sobh-e-Emrouz, fue detenido en su casa de Teherán mientras dormía. En 2000, el reputado periodista que a finales de los 90 destapó la implicación de ciertos círculos de poder en los asesinatos a intelectuales fue víctima de un atentado y quedó minusválido. Los dos activistas cibernéticos, Mohammad Ali Abtahi, alias «Mollah bloguero», y Somaieh Tohidlou, también han sido arrestados durante estos días. La misma suerte corrió el periodista Saide Lylaz, de Sarmayeh. Tampoco se ha librado la prensa extranjera que además de superar innumerables obstáculos se ha visto envuelta en las trifulcas.
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