No dimite

Pedja Mijatovic es personaje de biografía confusa. Se preocupa más por su imagen que por la labor bien hecha en su trabajo. Como jugador ya acudía a los desfiles de moda y vestía con ropa de marca acreditada. La gomina que usa también es de reconocida solvencia. Lo que no parece muy solvente es el trabajo que desempeña en el Real Madrid. Al menos no se puede calificar de exitoso. Las funciones de detectar en el mercado fichajes buenos y baratos no parece que sea su mejor aportación al club. Ante el mínimo tropiezo o fracaso siempre tiene a mano a quien culpar. Se marchó Míchel y le dedicó un adiós poco cariñoso. Ahora, ha fichado a dos futbolistas que no pueden jugar la Liga de Campeones y ha cargado sobre los servicios jurídicos del club el tropiezo.
El director deportivo tiene la obligación de saberse de memoria los problemas que presenta la reglamentación en lo que respecta al fichaje de jugadores y su inclusión en las listas de la UEFA. Cargar sobre los abogados del club el desconocimiento de la norma deportiva es como si éstos pusieran en las responsabilidades del director deportivo la justa redacción de los contratos. En un club como el Real Madrid, que parece ya un ministerio, cada uno debe ser responsable de su parcela y quien debe estar al tanto de las circunstancias de los jugadores es Mijatovic.
La contratación de Huntelaar y Diarra II y los problemas que plantea su participación en Liga de Campeones es error garrafal de Mijatovic. No ha dimitido.