Nueva York
Normalidad tras la intervención de Caja Castilla-La Mancha
Los clientes de la entidad recogen el guante del Gobierno y mantienen su capital en la caja de ahorros.
Madrid- El día después de la intervención de Caja Castilla-La Mancha (CCM), se temía una posible avalancha de impositores en busca de recuperar cuanto antes su dinero. Precisamente para evitar que el miedo se extendera entre los clientes de la caja, se había insistido, tanto desde el Gobinero como desde el resto de las instancias públicas y los medios de comunicación, en que no había riesgo alguno. Es más, precisamente por ello, los ahorros estaban hoy más seguros que antes de la actuación del Gobierno y el Banco de España. La apertura de las sucursales no fue la de un día normal, pero no se produjeron retiradas masivas de fondos. Quien sí despertó mal fue el mercado de valores, que no confía en la palabra de los políticos. La Bolsa abrió a la baja, y aunque CCM no cotiza en el parqué madrileño, una intervención no es una buena noticia y el recuerdo del día anterior lastró a los bancos. Los inversores descartan nuevas intervenciones en la banca nacional, otrora la más segura del mundo y nuevamente en entredicho. Para colmo, el mal comportamiento de las bolsas europeas y la apertura a la baja de Nueva York fueron las puntillas que lastraron un 4,12% al Ibex.En las 582 oficinas de CCM, las peticiones de los clientes fueron muy diversas pero, en la mayoría de los casos, los empleados les tranquilizaron al explicarles el alcance de las medidas adoptadas por el Gobierno y lo que significaba la intervención.Al contrario de lo que pudiera esperarse, el día fue mucho más tranquilo que otros grabados en la memoria de los trabajadores de CCM, que han vivido a lo largo de los últimos meses un calvario de retiradas de fondos generadas por los rumores y noticias negativas acerca de la viabilidad de su empresa. En esa espiral, que se saldo a finales de 2008 con cerca de un millar de millones de euros retirados por los impositores, se sucedieron en 2009 varias salidas masivas de capital.Así, en enero, se retiraron 168,4 millones de euros, y 320 en febrero, según fuentes próximas a la caja. En este último mes, en concreto cuando se supo la dimisión de los consejeros del PP el día 16, salieron de los depósitos más de 106 millones. Al día siguiente fueron retirados 65 millones, y más de 92 el día 18. La sangría se redujo, pero el goteo sólo pudo detenerse cuando se anunció la fusión con Unicaja, que pareció recuperar la confianza de los impositores. A pocos días de acabar el mes, el saldo era ya positivo.Desde la caja se informó ayer de que las sucursales cerraron sus puertas tras una mañana «tranquila», en la que varios empresarios, e incluso representantes de asociaciones de empresarios de Castilla-La Mancha, en algunos casos, les expresaron su apoyo y compromiso. Directivos de las distintas sucursales indicaron a Ep que también se registraron pequeños reintegros, propios del «miedo» de algunas personas porque «aunque confiamos en la caja, el miedo no nos lo quita del cuerpo nadie», según dijo uno de estos clientes. Tampoco los movimientos de los cajeros automáticos de la tarde-noche del domingo registraron retiradas anormales de fondos.Uno de los directivos dejó claro que el problema de CCM no es de solvencia, «porque eso significaría que hemos invertido los ahorros de los clientes, que están garantizados», sino de liquidez. El presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, también salió ayer en defensa de la caja. Tras entrevistarse en Madrid con el vicepresidente Solbes, quiso transmitir un mensaje de «tranquilidad» y afirmó que el vicepresidente le había comunicado que no hubo ninguna operación «dudosa al margen de la legalidad» en CCM. El jefe del Ejecutivo regional dijo confiar en que, de los 9.000 millones de euros avalados, sean necesarios menos de la mitad, y explicó que las dificultades de CCM están ligadas a la caída «abrupta» del sector inmobiliario, lo que ha generado una falta de liquidez.Barreda, como informó ayer LA RAZÓN, no ha querido dejar de destacar que las «pretensiones excesivas» de Unicaja hicieron «inviable» el proceso de fusión y que por ello el Banco de España «ha optado por asegurar la tranquilidad tanto a los trabajadores como a impositores y clientes». Y añadió que el mismo domingo habló con el presidente de Andalucía, Manuel Chaves, sobre que la fusión con Unicaja no ha sido posible porque la caja andaluza hacía una valoración de sus necesidades en el doble de lo que determinaba el informe del Banco de España, favorable a CCM. A preguntas de los medios, informa Ep, Barreda se mostró rotundo a la hora de defender que los gestores de CCM no han de recibir indemnización alguna por ser destituidos, «porque seguramente han trabajado lo mejor que han sabido, pero estaban suficientemente retribuidos».Por otra parte, Bruselas ha solicitado a las autoridades españolas información sobre la intervención de CCM, para valorar si se trata o no de una ayuda de Estado compatible con la legislación europea. «Tal vez las autoridades españolas estiman que no se trata de una ayuda de Estado, pero necesitamos estar seguros», señala la CE.
Unicaja se retiraUnicaja ha dado por finalizadas las conversaciones e iniciativas dirgigidas a un posible proyecto de fusión por absorción entre la citada caja y Caja Castilla-La Mancha (CCM) como consecuencia de la intervención del Banco de España en la entidad manchega, y aseguró que en sus decisiones tiene presente «el interés de la entidad y en especial de sus clientes y empleados». Ambas cajas habían comunicado veintiocho días antes a la CNMV que habían alcanzado unas bases de acuerdo para su propuesta de integración, que debía crear una de las cinco primeras cajas de ahorros españolas. Explicaron entonces que la unión gozaría del apoyo y respaldo de las autoridades financieras. También precisaron que iban a desarrollar de inmediato los necesarios trabajos de «due dilligence».
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