«Nos amenazó y agredió y nuestra respuesta fue proporcionada»

La Audiencia de Barcelona acogió ayer la primera sesión del juicio a los cuatro agentes de los Mossos d'Esquadra acusados de propinar una paliza al detenido Rubén Pérez. Los hechos sucedieron el 31 de marzo de 2007 en la comisaría de Les Corts. Las imágenes fueron grabadas por las cámaras de seguridad, aunque los mossos desconocían este hecho. La Fiscalía pedía, antes del juicio, cinco años y tres meses de prisión.

Los cuatro acusados, Adrián L., Víctor A., Cristian B. y el cabo David L., coincidieron en sus versiones y señalaron que su actuación «fue proporcional en relación al protocolo policial». Aseguraron que Pérez, una vez en la sala de cacheos, «les insultó y amenazó» con frases como «soy ex legionario y os voy a partir la cara, hijos de puta». El arrestado iba drogado, según fuentes policiales.

Actitud «agresiva»

Los agentes insistieron en la actitud «agresiva» del acusado y en que los golpes que le propinaron eran «de distracción, amortiguados». Lo cierto es que el polémico vídeo muestra como Pérez recibe una patada en el estómago, además de puñetazos. Sin embargo, según pudo saber LA RAZÓN, el parte médico del detenido que se presentará hoy en el juicio sólo incluye arañazos.

La versión de Rubén Pérez fue muy diferente. Reconoció estar «enfadado» y «haber tomado alcohol», pero aseguró que «no agredí a los agentes, sólo gesticulé un manotazo». Añadió que se desmayó durante los hechos. Tras todas estas declaraciones la Fiscalía elevó la pena a cinco años y nueve meses de cárcel, además de una indemnización y multa de 20.210 euros y una inhabilitación de siete años por un delito contra la integridad moral y una falta de lesiones.

Fuentes de los Mossos explicaron a este diario que, antes de estos hechos, Pérez había sido detenido por provocar altercados en una discoteca, tras lo que insultó e intentó agredir a un joven sudamericano. Tras esto, rompió el cristal y una puerta de un coche de la Policía Autonómica. El juicio prosigue hoy con las pruebas periciales. Tres años para un mosso por detención ilegal

La Audiencia de Barcelona condenó ayer a tres años de prisión a un agente de los Mossos d'Esquadra por detener ilegalmente a un vecino del barrio de Sants que se negó a identificarse cuando el agente fue a buscarlo a su casa, confundiéndole con un delincuente. La sentencia penaliza también al mosso Juan Luis Ibáñez Carrilero a ocho años de inhabilitación, mientras absuelve a otra agente, Sonia Rodríguez. El tribunal imputó al mosso un delito de detención ilegal y otro de lesiones, que comporta una multa de 1.800 euros, por las heridas que causó a la víctima al inmovilizarla para detenerla.