Barcelona
Operación Torre del Oro: diez ecologistas detenidos
Siete miembros de la organización «verde» se encerraron en el monumento colocando un candado en la puerta.
Pagaron su entrada y accedieron como un turista más al interior de la Torre del Oro. Pero los monos naranjas, sello de la organización ecologista Greenpeace, provocaron una intranquilidad en los taquilleros del monumento que instantes después se tradujo en nerviosismo, al comprobar que los activistas «verdes» se habían atrincherado en la planta superior.
Un pequeño candado colocado en la puerta de acceso les brindó, sobre las diez de la mañana, los minutos necesarios para culminar la protesta, frustrada tan rápido por la Policía que sólo uno de los tres escaladores pudo descolgarse desde la terraza de la torre. La pancarta de 70 metros cuadrados que portaban, con el lema «Cerrado por cambio climático», apenas pudo ser desplegada –los agentes la requisaron– y el espectacular montaje se quedó en una concentración a pie de calle con las consignas cosidas a la garganta. «Estamos satisfechos porque muchos sevillanos nos han mostrado su apoyo», relató Aída Vila, responsable de la campaña contra el Cambio Climático de Greenpeace, indignada por la detención de diez de sus compañeros. «La acción y el despliegue policial han sido desproporcionados porque a estas alturas todo el mundo conoce nuestras acciones sorpresa, pacíficas y sin ninguna violencia», lamenta.
Vila aseguró que extremaron las precauciones con el centenario monumento, declarado Bien de Interés Cultural, y por eso convirtieron la habitual escalada-protesta en un descenso desde la azotea, para no dañar con el equipo de alpinismo la superficie. Frente a ello, criticó que Policía y Bomberos «han derribado la puerta de la Torre del Oro» para salvar el candado que les impedía el acceso. La segunda parte del acto reivindicativo transcurrió en los calabozos de la comisaría de Blas Infante, donde fueron trasladados los siete activistas que protagonizaron el encierro en la torre, otros dos que permanecieron abajo «tranquilizando» al personal de venta de entradas y un décimo que tomaba imágenes en vídeo de lo sucedido. A todos se les imputan sendos delitos de desorden público y resistencia a la autoridad. A última hora de la noche, continuaban retenidos en la comisaría de Blas Infante tras prestar declaración desde las 19:00 horas. El incidente provocó el retraso de su salida hacia Barcelona, próximo destino de la expedición ecologista.
Rumbo a Barcelona sin los detenidos
El «Rainbow Warrior», la embarcación de Greenpeace que está recorriendo España para alertar de los peligros del cambio climático, partió a primera hora de la tarde de ayer hacia el puerto de Barcelona. La expedición dejó en tierras sevillanas a parte de sus integrantes debido a la detención de siete de ellos por la mañana, tras protagonziar una protesta pacífica en la Torre del Oro. Durante su estancia de dos días en el Guadalquivir, numerosos sevillanos acudieron a conocer el barco, que celebra su 25 aniversario, y la labor de la organización ecologista. En este sentido, los activistas han advertido de la «africanización» que padece Andalucía y, particularmente, Sevilla debido al aumento gradual de las temperaturas medias, similares a las registradas en el norte de África hace unos años.
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