País Vasco
López: «Pienso arriesgar por la paz»
El recién elegido lendakari mantiene que desde ahora «va a haber un Gobierno beligerante contra el terrorismo» / Califica de «lamentable» que los nacionalistas no acepten su nombramiento
«Desde ahora, no va a haber sitio para ningún atisbo de justificación y comprensión, y menos de aplauso, de la violencia. Va a haber un Gobierno totalmente beligerante contra ETA». Patxi López –que hoy jura su cargo– no tiene dudas. No las tenía ya antes de alzarse como lendakari, pero ahora el socialista se ha marcado el reto de «acelerar el fin del terrorismo». Y, aunque no es pequeño el desafío que se le plantea, no titubea al asegurar que confía en ser testigo de la desaparición de la banda en los próximos cuatro años, tal y como confirmó ayer en una entrevista a la Cadena Ser.
El nuevo presidente vasco volvió a recordar cuáles serán las líneas básicas de su Gobierno, con un «objetivo fundamental» muy marcado: conseguir la deslegitimación política y social de la banda terrorista sin amedrentarse ante nada. «No concibo que si tengo que arriesgar por la paz, no lo haga», sentenció.
El líder del PSE hizo hincapié en que uno de los elementos clave para acabar con ETA es el aumento del rechazo, porque, tal y como aseguró, dificultará el relevo en las filas de la banda. Y recordó que los terroristas están «en el momento más débil de su historia», al tiempo que aprovechaba para ensalzar la eficacia policial, la acción del Poder Judicial y la colaboración francesa en la lucha contra los terroristas.
Pero no sólo habló de ETA. También tuvo tiempo para analizar las consecuencias que podría tener en el PNV el abandono de la política del ya ex lendakari, Juan José Ibarretxe. López confia en que asumiera «la responsabilidad que le corresponde» como líder de la oposición para colaborar en la solución de los problemas el País Vasco. «Espero que deje las posiciones radicales y soberanistas».
Y recordó que durante los últimos diez años –los que ha estado Ibarretxe en el poder– el Gobierno de Vitoria «nos negaba nuestra condición de vascos, quiso imponer un modelo del que sobrábamos de nuestro propio país». Un Gobierno, ha dicho, «que añoraba a quienes justifican la violencia».
También se refirió a su alianza con los populares, reconociendo que, aunque «somos partidos adversarios, antagonistas en muchas ocasiones, en el País Vasco nos hemos puesto de acuerdo después de lo vivido» en la última década. Por ello, señaló que, pese a que se distanciarán en materia económica, «podremos ir solventando» esos problemas con el PP y el resto de formaciones de la Cámara.
Esa fue una de las ideas clave de su discurso de investidura, la llamada a la colaboración al resto de partidos, pero que no sirvió para que las ahora formaciones en la oposición aceptasen su victoria. Ante esto, López tachó de «lamentable» que los nacionalistas afirmaran que el PSOE ha logrado el poder con la Ley de Partidos y la ilegalización de Batasuna. «Todo el mundo puede hacer política si usa las herramientas de la política, la palabra y el voto, pero no pueden presentarse a unas elecciones y estar en las instituciones aquellos que usan el pretexto de las ideas para avalar el terrorismo», apuntó en referencia a la ausencia en la Cámara de formaciones proetarras, las mismas que apoyaron a Ibarretxe hace cuatro años.
Por otra parte, los diez consejeros que conformarán el nuevo Gobierno vasco tomarán posesión de sus cargos el próximo sábado en el Palacio de Ajuria Enea, en Vitoria. En el acto, quedará escenificada su promesa de «Gobierno plural» y abierto a todos, al estar entre los «elegidos» tres independientes: Rafael Bengoa (Sanidad), Blanca Urgell (Cultura) y Bernabé Unda (Industria). Eso sí, reconoció que encontró dificultades para formar equipo por las amenazas de ETA.Con las víctimas y sin «humillarse ante Dios»El árbol de Guernica será hoy testigo de la toma de posesión del primer lendakari no nacionalista con una novedad, Patxi López, dada su condición de laico, no jurará sobre la Biblia su cargo con la frase «humillado ante Dios», como sus predecesores. En su lugar realizará una promesa sobre la Constitución. El acto, que se celebrará en las Juntas Generales de Guernica, cuenta con asistentes inéditos, como son las víctimas el terrorismo. Allí, Ibarretxe entregará a López la «Manila», el bastón de mando que representará el intercambio de poderes.
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