España
Pizarro destapa ante Solbes el verdadero alcance de la crisis económica
MADRID- «España no va bien y lo peor está todavía por llegar». Ése es el mensaje que Manuel Pizarro, la persona que está llamada a dirigir los destinos de la economía, lanzó anoche a millones de españoles que a través de Antena 3 Televisión presenciaron el primer debate de una campaña electoral que va a estar centrada en la situación económica. Amparado en las previsiones de un menor crecimiento económico, una inflación desbocada, una insatisfacción generalizada de los ciudadanos y una acentuada pérdida de competitividad, Pizarro dejó en la audiencia la sensación de inacción que ha rodeado al Gobierno socialista en los últimos cuatro año. Enfrente tuvo a un Solbes altamente tecnocratizado, que trató de llevar el debate al terreno que más le convenía y el que menos entendían los consumidores: las grandes cifras de la economía española y los logros alcanzados en el pasado. Historia, pues.
Como buen aspirante, Pizarro, a quien encargaron abrir plaza, fue directo a identificar los problemas actuales de la economía española utilizando símiles deportivos de dudoso honor. España encabeza la clasificación de desconfianza de los inversores internacionales; es subcampeón de inflación de la eurozona y campeón de la UE-27; campeones de la OCDE de déficit exterior porque se gasta más de los que se ingresa; campeones de desempleo con 132.000 parados más en el mes de enero y con unas familias que mantienen un endeudamiento de 900.000 millones de euros con los que entrarán en una etapa de desaceleración económica que dan por segura todas las previsiones de los principales organismos e instituciones internacionales.
Debate como tal hubo poco y propuestas, también. Sólo las del PP en materia de impuestos. Del lado socialista, nada. Apenas un mensaje de tranquilidad porque España está mejor preparada ahora que antes para soportar una crisis que se resiste a reconocer porque dice que es prematuro, no porque no vaya a llegar.
Pizarro acusa al Gobierno de «dilapidar la mejor herencia que jamás ha recibido Gobierno alguno» y antepone a la pasividad del Ejecutivo empleo, liderazgo, seguridad y unos organismo reguladores a las altura de las circunstancias y no como los actuales enfrascados en otras batallas y sin detectar la crisis que se nos viene encima.
El número dos del PP dio ideas de cómo reducir gasto y pidió la supresión del Ministerio de Vivienda, de la Oficina Económica del Presidente y las subvenciones a terroristas.
El futuro fue la estrella que guió la intervención de Pizarro sobre la base de la percepción de los ciudadanos que creen en un 45% que la economía está mal o muy mal.¿ Sus recetas para cambiar esta percepción?. Supresión del impuesto de la renta para los ingresos inferiores a 16.000 euros y de los impuesto sobre el patrimonio y sucesiones; tres tramos de renta con tipos del 20%, 30% y 40% y reducción del impuesto de sociedades al 20-25% según tamaño de las empresas.
Fue un debate limpio, sin grandes cuerpo a cuerpo en el que Pizarro pidió a Solbes que explicará lo bien que va la economía a los más de dos millones de parados que hay en el Inem.
No faltaron los dos minutos para las conclusiones de los que dispusieron ambos. Manuel Pizarro los aprovechó para señalar que España se encuentra en un momento de crisis donde lo «viejo no acaba de morir y el futuro no acaba de llegar». Aseguró que el Partido Popular sabrá gestionar la crisis como lo ha hecho en el pasado. Pedro Solbes aprovechó para mandar un último mensaje de tranquilidad y para asegurar que España está mejor preparada para afrontar cualquier reto futuro. Criticó el exceso de «demagogia y catastrofismo».
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