Sevilla

Que nada amargue la fiesta

Que nada amargue la fiesta
Que nada amargue la fiestalarazon

«A disfrutar de la Feria» es el lema consensuado por los socialistas de uno y otro bando, con el objetivo de eclipsar la traumática marcha de una de sus figuras más importantes y valoradas en la política local durante la última década. Públicamente, los «oficialistas» del secretario general del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera, y los «críticos» del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, respetaron el pacto de silencio sobre Emilio Carrillo. Pero la procesión va por dentro, aunque en un caso se parezca más a una marcha fúnebre y en otro, a una alegre romería. En el tradicional encuentro ferial del PSOE en su caseta, los representantes locales, provinciales y hasta autonómicos se remitían con una sonrisa al comunicado oficial del partido. No obstante, y a la espera que se formalice la renuncia de Carrillo, los «oficialistas» de Viera son conscientes de que pierden a su gran baza en las entrañas del grupo municipal, donde los «críticos» campan tan libremente que han logrado agotar a un peligroso «enemigo». Quizás al ver ampliada su desventaja en el Ayuntamiento, señalados «vieristas» como el concejal Alberto Moriña o la secretaria de Organización del PSOE de Sevilla, Susana Díaz, dieron conversación, y mucha, a la futura edil Cristina Galán. Como el resumen viviente de la inevitable satisfacción «crítica», sin duda el triunfador sobre el albero del Real fue el alcalde. Supo medir los tiempos para llegar a la caseta socialista junto al flamante nuevo presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, mientras Viera sólo pudo recibirle en la puerta. Aunque sea por el descarte de posibles competidores y a pesar de la irremediable alteración en su Gobierno, Monteseirín se siente ganador.