Disturbios
Se entrega a la Policía el dueño de la discoteca de Bangkok en la que murieron 65 personas
Wisuk Setsawak, uno de los propietarios de la sala de fiestas Santika, se enfrenta a dos acusaciones formales por negligencia y otra por permitir la entrada de menores en el local.
El accionista mayoritario de la discoteca de Bangkok en la que murieron 65 personas en un incendio ocurrido la primera hora del Año Nuevo, se entregó hoy a la Policía tailandesa tras la orden de detención emitida un día antes.
Wisuk Setsawak, uno de los propietarios de la sala de fiestas Santika, se enfrenta a dos acusaciones formales por negligencia y otra por permitir la entrada de menores en el local.
El subdirector de la Policía Nacional, general Jongrak Jutanont, señaló en rueda de prensa que el copropietario del club nocturno puede ser condenado a una pena máxima de diez años de cárcel y que para que se le conceda la libertad provisional, deberá depositar una fianza de 10 millones de bat (unos 29.000 dólares, 21.840 euros).
La Policía emitió también una orden de detención contra el director de la discoteca, Suriya Ritrabue, en paradero desconocido.
La cifra de víctimas mortales del incendio asciende a 65 desde que el pasado lunes falleció en el hospital una mujer sudanesa a causa de las graves quemaduras.
Cerca de 240 personas resultaron heridas en el incendio.
La investigación policial apunta hacia que el incendio lo provocó un espectáculo de fuegos artificiales realizado durante la cuenta atrás para dar la bienvenida al año 2009 o por las bengalas que el local repartió entre sus clientes.
Las autoridades retiraron la licencia a la discoteca Santika, que tampoco contaba del seguro reglamentario, aunque permanecía abierta mientras aguardaba respuesta a su recurso de apelación para recuperar el permiso de apertura.
La discoteca, situada en el barrio de Ekamai y a la que solían ir tailandeses de clase media y también extranjeros afincados en el país, disponía de una entrada principal y dos puertas pequeñas, aunque estas no estaban debidamente señalizadas y eran conocidas únicamente por el personal del establecimiento.
La mayoría de los cadáveres fueron encontrados cerca de la puerta principal, de pequeñas dimensiones, y por la que parte de los cerca de un millar de personas que había en la discoteca se abrieron paso para escapar de las llamas y el humo.
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