Tenis «verde» en la caja mágica

Ahora que la pelota ya está en juego, todo el mundo habla de ella. Y con ese nombre, Caja Mágica, no resulta extraño que «pique» la curiosidad por saber más del nuevo complejo deportivo de referencia de Madrid, una obra de ingeniería arquitectónica al servicio del tenis español. Encaramados en el número uno del ránking internacional de la Asociación de Profesionales de Tenis (ATP, según sus siglas en inglés), gracias a la inmejorable «faena» de Rafa Nadal, la Caja Mágica acapara estos días todas las miradas de los aficionados –y también de los menos entendidos– a la raqueta.Y no es de extrañar. Diseñado por el arquitecto francés Dominique Perrault, la magia del centro deportivo reside en la adaptabilidad del edificio a las condiciones meteorológicas. De hecho, las tres pistas centrales que aloja la «caja» principal se convierten en un espacio cerrado o abierto al aire libre en apenas 15 minutos. «El secreto está en sus tres cubiertas independientes, móviles y retráctiles que funcionan a través de un sistema hidráulico, similar al empleado en los puentes móviles y muy fiable. En concreto, hay tres grandes pistones formados por cilindros hidráulicos que se han montado sobre "boguies"o carritos. Éstos se deslizan sobre las vigas carril hasta dejar completamente al aire libre el espacio central», explica Juan Fernández Andrino, director de Dominique Perrault Architecture España y responsable del proyecto. Sin embargo, el tamaño de la «tapa» principal, de 103 metros de largo por 73 de ancho, «convierte a esta estructura en un auténtico puente basculante encima de un edificio, ya que se eleva hasta 12 grados. Todo un reto de la ingeniería y de la arquitectura», admite Salvador Fernández Fenollera, director facultativo de Ingeniería Civil de Typsa, empresa encargada de la Ingeniería de Estructuras e Instalaciones de la obra.Pero, además de «mágico», el nuevo símbolo del deporte español es respetuoso con el entorno. «La Caja puede entenderse como sostenible porque, cuando está cerrada, controlamos el ambiente dentro de los estadios, pero a su vez podemos abrirlos y cambiar las condiciones, ya que la luz y la climatización son totalmente naturales y, por tanto, sin consumir energía», aclara Fernández Andrino. Y es que, tal y como puntualiza Álvaro de Torres, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Arquitectos de Madrid, «el hecho de que el edificio se conecte con el ambiente natural, a través de la luz y la ventilación exterior, es el principal valor del centro deportivo. Es un gran ejemplo de tecnología puesta al servicio del desarrollo sostenible».

EFICIENCIA ENERGÉTICACuando llega el momento de cerrar las cubiertas, el complejo también presume de una alta eficiencia energética, con un 20 por ciento de ahorro respecto a instalaciones similares. «En el caso de la climatización se utiliza el sistema denominado de "atemperamiento interior". Así, mediante difusores de aire a 20º localizados bajo los asientos de los espectadores logramos crear un microclima confortable para el público, sin necesidad de climatizar el enorme volumen del estadio. Esto genera un ahorro en potencia calorífica próximo al 20 por ciento», detalla Fernández Fenollera. Sin embargo, la propia estructura del edificio logra un rendimiento energético muy alto. La clave está en el empleo de una fachada permeable, basada en una doble capa compuesta de vidrio recubierto por una malla tensada de acero, muy típica de las creaciones del arquitecto francés. «Esta malla resguarda y protege del sol, de la lluvia y del viento, pero al mismo tiempo favorece la ventilación y permite estar en un ambiente exterior, con mucha luz natural y sin contrastes de temperatura, lo que evita el elevado gasto energético», precisa Fernández Andrino. Además, la malla metálica cumple una función estética, «ya que, durante el día, proyecta una imagen reflectante y opaca, mientras que por la noche las texturas metálicas crean un efecto centelleante, lo que refleja, poéticamente, la versatilidad del edificio», comenta De Torres. Las energías renovables tampoco han pasado desapercibidas en el diseño de Perrault. En concreto, se han instalado 300 m2 de paneles solares que, con una potencia de 290 kilovatios, cubren el 70 por ciento de las necesidades para la producción de agua caliente sanitaria del complejo Tenis Indoor, con 11 pistas cubiertas, club deportivo con gimnasio y spa, restaurante y zona administrativa.«De modo más global, la sostenibilidad de la Caja Mágica puede medirse, también, por el desarrollo urbano que ha supuesto en el barrio de Usera, al sur de la capital. Lo que antes era un área muy degradada, con basura y chabolas, se ha convertido en una zona verde que recupera el ecosistema de la ribera del río Manzanares, hecho que resulta muy valioso», argumenta De Torres. Conectado al anillo ciclista de la capital, el agua es uno de los elementos fundamentales del proyecto. De hecho, el complejo cuenta con un lago ecológico de 32.000 m2 de superficie y una zona verde de siete hectáreas con plantas autóctonas propias de la ribera de un río, como fresnos, sauces o abedules. «El lago sólo utiliza agua reciclada y, aunque es artificial, funciona como si fuera natural, de ahí su denominación de ecológico. Las plantas acuáticas que lo pueblan ayudan a "limpiar"el agua y a rebajar el contenido de materia orgánica, sin necesidad de utilizar cloro o químicos», explica el director facultativo de Ingeniería Civil. Pero, además de evocar e integrar el río en el interior del recinto, el gran lago tiene una función mucho más práctica: ayuda a refrescar el ambiente y añade varios grados de humedad a la zona, lo que mejora las condiciones en el bote de las pelotas de tenis. Ahora sí, con la esfera en juego en tierra batida y la Caja Mágica convertida en una realidad, España ya puede presumir de tener su propio Roland Garros.