San Antonio
Texas último tren para Hillary
El Paso- Hace semanas Hillary Clinton le dijo a Obama: «Nos veremos en Texas». Y ya estan aquí, en el lugar del que se suponía que era bastión de Hillary, pero ahora el senador de Illinois va primero en las encuestas en este estado. Tiene sobre la candidata una ventaja de cuatro puntos en Texas y están virtualmente empatados en Ohio, según una encuesta de ayer de Reuters, C-SPAN y Houston Chronicle.
Después de haber perdido en once estados consecutivos, Hillary debe ganar en Texas y Ohio, los dos grandes premios de las cuatro primarias que se celebran el martes junto a Vermont y Rhode Island.
Todo puede pasar. Obama está muy fuerte en las ciudades, entre los votantes afroamericanos y le ha arañado votos a Hillary entre las mujeres. Las dos grandes bazas de Hillary han sido el voto femenino y el hispano. Los dos precandidatos saben que necesitan a los latinos de Texas para ganar la candidatura por su partido para la Presidencia. ¿Y qué han hecho los dos políticos para ganar este favor? Obama ha hecho campaña durante las dos últimas semanas entre los hispanos en Texas. Ha aprendido a decir: «Sí, se "puere"», aunque le falla un poco el acento con la «d». Y desde la ciudad fronteriza de El Paso, Hillary ha dicho que «estuve en San Antonio tres meses y ahí es donde descubrí que me encanta la comida mexicana». De momento, no les interesa profundizar en los asuntos que les importan a los hispanos como la cuestión migratoria. No les interesa hablar del caso de Jonathan Carrillo, un joven mexicano de 20 años que acaba de cruzar la frontera Juárez-El Paso por el río. Es la tercera vez que pasa por el río y descansa en el albergue de inmigrantes la Annunciation House en El Paso, del que se encarga Rubén García. Su truco es «tener psicología con la migra (por la Guardia Fronteriza)». Él cuenta su técnica: «bueno, México, ¿no? Y luego el río y luego hay que arrastrarse para que no te vean porque hay unas tonitas (puestos de control) cada 100 metros. Y cruzas y luego ya estás en el canal que ya es Estados Unidos y hay que saltar las vallas. Pero, hay que tener cuidado porque tienen pinchos. Yo creo que esta vez los guardias estaban dormidos porque no nos vieron ni a mí ni a mis amigos». Jonathan no pierde la sonrisa, mientras cuenta cómo pasa a Estados Unidos y casi le falta decir que la Guardia Fronteriza de Estados Unidos no es muy lista. Según datos oficiales, entre 1994 y 2004, cruzaron la frontera por los puestos de control un millón de personas al año. Las estimaciones aproximadas se escriben que por cada persona que lo hace de manera legal, se cuelan uno o dos inmigrantes, hay veces que se habla de hasta tres.
Rubén García reconoce que «no hay mucha confianza entre lo que los tres digan (por Hillary, Obama o McCain). No se sabe qué va a pasar, porque ahora tienen que navegar para ganar la Presidencia. Y, por ejemplo, Obama y Hillary votaron a favor de levantar el muro entre la frontera, pero, por lo menos, han dicho que si ganan, lo van a revisar». García admite que los demócratas tienen más campo que los republicanos para hablar de la cuestión migratoria, aunque de momento nadie menciona la palabra amnistía porque les puede costar mucho.
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