Un mal artículo

El sacerdocio de la columna diaria comienza con un repaso a los titulares de los medios digitales en busca de inspiración. Se topa uno, a la hora del vermú, con esto: «Sevilla alcanza los 200.000 parados y ya cuenta con 18.000 personas con el subsidio agotado». Y se siente súbitamente preso de una paralizante presión porque si tan espeluznante realidad no da para entregar antes del almuerzo un buen artículo, cargado de dramatismo y entreverado con metáforas truculentas, es mejor ir buscándose otro trabajo. Que, me permitirán la broma, tal y como están las cosas no debe ser sencillo. Si a Mariano Rajoy, a quien Dios no ha llamado por los caminos de la épica, es capaz de sentenciar que estamos ante «una emergencia nacional» o que nos precipitamos por «un abismo», ¿no voy a ser capaz de encontrar figuras que definan el 22,4% de tasa provincial que padecemos? Pues no: la facilidad para juntar letras queda sepultada por el alud de datos devastadores que nos atiza la EPA; la inteligencia analítica, obnubilada por el anonadante recuerdo de recientísimas declaraciones negadoras (o mitigadoras) de la crisis del presidente del Gobierno y sus ministros; hasta el desahogo de trazar una caricatura es anulado por el miedo a un futuro que se anuncia peor. Entonces, campanudo, proclamo: la realidad supera a la ficción. Y por decir tamaña obviedad puede que el próximo parado sea yo.