Asturias
Un tejo lejos del cementerio
Sin casi heridas en su tronco, el Tejo de Bermiego, en el concejo de Quirós (Asturias), se encuentra, a sus 400 o 500 años, en excelente estado de conservación. Para llegar hasta este ejemplar ubicado en la falda de la Sierra del Áramo hay que ir a las afueras de Bermiego, al lado de la iglesia de Santa María y donde en otro tiempo se asentaba el cementerio del pueblo. Y es que los tejos (Taxus baccata), debido a la longevidad de esta especie de crecimiento lento, han sido considerados árboles sagrados. Por entonces, las creencias populares contaban que el alma de los muertos de Bermiego hallaban antes el camino hacia otros lares, gracias a la ayuda de este ejemplar. Cosas de antaño. Un siglo y medio después del traslado del cementerio, el tejo dejó de ser considerado un intercesor para convertirse en un «aldeano» más de este pueblo. Así lo demuestran las diversas cartas enviadas por los que salían de Bermiego en busca de una oportunidad, pues en ellas preguntaban primero por la salud de la familia y después por la del ejemplar. Al abrigo del viento, este tejo de siete metros de perímetro de tronco, 11 de altura (lo habitual en esta especie es entre 10 y 15 metros) y 12,7 de copa, es considerado, desde 1995, un Monumento Natural.
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